La búsqueda (y necesidad) de un escudo financiero frente a escenarios inciertos, esos cisnes negros con los que los economistas definen situaciones imprevistas, es una de las lecciones que nos dejan crisis económicas como la de 2008 y la más reciente derivada de la pandemia de la Covid-19.
Pero, ¿cómo blindarse frente a sus efectos? ¿Cómo evitar que nos hagan vulnerables económicamente? La clave está en planificar, preparar y organizar nuestras finanzas personales presentes y futuras. De hecho, la pandemia de la Covid-19 no solo ha despertado nuevas vocaciones científicas, sino también el interés de los ahorradores e inversores por la educación financiera y por la demanda de asesores financieros que les acompañen en la toma de las mejores decisiones financieras.
Una tendencia que confirman los profesionales del sector: tres de cada cuatro creen que la Covid-19 ha hecho que los ciudadanos tomen más conciencia de la importancia por la gestión de sus ahorros e inversiones, según manifiestan en una reciente encuesta elaborada por EFPA España.
Crece el interés por las finanzas personales
Este mismo sondeo destaca que, aunque seis de cada diez profesionales del sector piensan que el nivel de educación financiera de sus clientes ha aumentado en los últimos cinco años, apenas llegan al aprobado, con una puntuación de 4,5. Lo que evidencia que queda mucho recorrido para mejorar la educación financiera entre los españoles.
Además, la necesidad del asesoramiento financiero personalizado es especialmente relevante en un entorno económico en el que los españoles tienen cerca de un billón de euros aparcados en productos que no ofrecen rentabilidad –mientras que la inflación creciente les erosiona el poder adquisitivo–, a lo que se suma una bolsa de ahorro récord generada durante la pandemia.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de ahorro de los hogares españoles sobre su renta disponible se situó en el cuarto trimestre de 2020 en el 19%, un año antes era del 11,7%. “Desde el comienzo de la crisis sanitaria, las restricciones para contener la pandemia han impedido que los hogares realicen algunos de sus gastos habituales, lo que ha generado una bolsa de ahorro forzoso muy voluminosa, tanto en España como en el resto de la Unión Europea”, señalan los economistas José Antonio Cuenca, Carmen Martínez Carrascal y Ana del Río en El ahorro de los hogares durante la pandemia y sus posibles efectos sobre la reactivación futura del consumo.
En nuestro país, entre enero y septiembre de 2020, los ciudadanos dejaron de gastar 40.000 millones de euros, según las estimaciones del Banco de España, como consecuencia de la pandemia. La buena noticia es que, de esa cifra, una parte substancial puede servir a las familias para construir una planificación financiera junto a sus asesores financieros de confianza.
Las necesidades de las nuevas generaciones
Por otro lado, el asesoramiento financiero no es solo ‘cosa’ de personas mayores, también es demandado cada vez por las generaciones más jóvenes. Hay relevo generacional. El 45% de los inversores millennials españoles –que representan el 23% de la población– ha manifestado una mayor necesidad de asesoramiento financiero en los últimos doce meses, según la encuesta Advising Millennials in a Digital Age, realizada por MFS Investment Management. Entre sus principales preocupaciones están tener ahorros suficientes para la jubilación y siete de cada diez declaran que desearían tener más conocimientos de inversión.
Los efectos de la pandemia también han hecho mella en ellos hasta el punto de que cinco (55%) de cada diez millennials muestran su preocupación sobre ahorrar para una emergencia o un acontecimiento imprevisto. Y casi siete de cada diez millennials (68% de los encuestados) aseguran que la pandemia ha incrementado sus “miedos financieros”.
Family Banker: gran futuro para la profesión
En ese contexto, con una demanda creciente de asesoramiento financiero y personalizado, la figura del asesor financiero se hace más necesaria que nunca. Pero no cualquier asesor, sino un profesional de las finanzas altamente cualificado, cercano al cliente y que le acompaña en todo el proceso para tomar las mejores decisiones financieras. A ese perfil específico responden los Family Bankers, de Banco Mediolanum. Un coach que establece una relación de confianza con sus clientes, de escucha activa, de alguien que va a diseñar una planificación financiera a la medida de las expectativas.
Por eso, si eres asesor financiero y quieres formar parte de esta gran familia de Banco Mediolanum, ser Family Banker es también una vía de emprender con libertad, una opción profesional flexible, que te permite no solo ser tu propio jefe como profesional autónomo, sino también conciliar vida personal y laboral, además de crecer en una profesión de gran presente y futuro.
Para Ivonne Pousa, “ser Family Banker nos permite disfrutar más de nuestra familia y de nuestro trabajo dentro de las prioridades de cada persona o pareja”. Susana Pelegrí, también Family Banker de Banco Mediolanum, afirma: “Nuestro modelo te permite adaptar tu profesión a las circunstancias familiares. Tienes la libertad de poder elegir y planificar tu trabajo. Eres un profesional independiente”.
En la actualidad, Banco Mediolanum cuenta con una red de más de 1.400 Family Bankers en España, que asesora a más de 177.000 clientes, y sigue inmerso en un proceso de selección de estos profesionales. Esta entidad, fundada hace casi 40 años por un grupo de asesores financieros liderados por Ennio Doris, es la primera red de agentes financieros de España, la única que tiene a sus asesores financieros como único canal de asesoramiento con sus clientes, la más solvente y la que tiene los clientes más satisfechos según el último estudio de la consultora independiente Stiga gracias, precisamente, a los profesionales que les atiende: los Family Bankers.