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06 Jun, 2023

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José Bayón, CEO de Enisa: “De esta crisis tenemos que salir todos juntos y más fuertes”

Este año las Líneas Enisa se han aprobado antes que en ejercicios anteriores. El objetivo: inyectar liquidez y ayudar a las pymes y startups del tipo que sean a sortear la crisis de la que, como afirma, José Bayón, CEO de Enisa, “tenemos que salir más fuertes y sin dejar a nadie atrás”.

José Bayón Enisa

Como a muchos otros padres, también a José Bayón le tocó conciliar la vida familiar con la profesional durante el confinamiento. No ha sido fácil, pero agradece “el honor” de haber podido contribuir desde su cargo de responsabilidad a aliviar, en la medida de lo posible, la situación económica desencadenada por la crisis de la COVID-19. 

EMPRENDEDORES: ¿A qué se ha dedicado Enisa durante los meses de confinamiento?

JOSÉ BAYÓN: Principalmente a acelerar el diseño de las nuevas Líneas Enisa para que se aprobaran cuanto antes; a renegociar préstamos y a seguir analizando nuevas operaciones. 

Las nuevas líneas las aprobó el Consejo de Ministros el pasado 16 de junio. En total son 98,5 millones de euros los fondos destinados este año por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, del que dependemos, para impulsar a las pymes y a quienes emprenden en España con estos fondos. Confiamos en dar cobertura a más de 600 proyectos, que conllevarán una inversión inducida de 214,2 millones de euros. 

En lo que respecta a la renegociación de los préstamos, cuando se declaró el estado de alarma, teníamos cerca de 2.900 empresas que se estaban financiando con préstamos Enisa. Sabíamos que algunas de ellas tenían dificultad para afrontar los pagos e hicimos una renegociación con unas condiciones menos gravosas. Hasta ahora hemos recibido 682 peticiones de renegociación, un 29 % de los préstamos vivos y, a fecha de hoy, hemos respondido ya a 655 solicitudes, más del 96 %. 

EMP.: ¿Estamos ante una crisis como la de 2008? 

J.B.: No, y me parece importante transmitir esto a la sociedad. Primero, esta es una crisis coyuntural, con una causa conocida, no estructural, como la de 2008. Otra característica es que es una crisis asimétrica. Hay sectores que lo están pasando muy mal frente a otros que saldrán fortalecidos, sobre todo los negocios digitales y sostenibles. La tercera diferencia fundamental es la firme respuesta de la Unión Europea en apoyo a la reconstrucción de las economías más dañadas. Es una apuesta muy ambiciosa en la que, en mi opinión, ha jugado un papel importante el ejecutivo español. 

EMP.: ¿Y cuál será la consecuencia de todo eso?

J.B.: Que de esta crisis saldremos antes y algunos lo harán más fuertes. Pero también esa asimetría a la que me refería ha acentuado la distancia de dos mundos que circulan a velocidades distintas. Ahora el reto está en corregir esa doble velocidad y crear puentes que permitan a ese mundo del emprendimiento, más tecnológico y más ágil, seguir avanzando pero sin dejar atrás a esas empresas tradicionales, algo más lentas, pero muy importantes socialmente. Tenemos que buscar un equilibrio y conseguir que todos circulen en un mismo carril. 

Quiero recordar que Enisa es útil en ambos sitios. Podemos facilitar combustible tanto a aquellos que crecen y no quieren ralentizar su ritmo como a otros emprendimientos, llamémosles más clásicos, que quieran desarrollar unos modelos de negocio más competitivos. En el portfolio de Enisa ambas partes están casi al 50 %. 

EMP.: Cuando usted fue nombrado CEO de Enisa hace dos años citaba más desigualdades, como las de la España vacía o la diferencia de género. ¿Han dejado de estar éstas entre las prioridades? 

J.B.: En absoluto. Las prioridades siguen siendo las mismas y creo que es buen momento para ponerlas en marcha. El modelo de país que perseguimos es totalmente inclusivo, para que nadie se quede fuera ni atrás. Para ello hay que terminar no solo con esas dos velocidades, sino también con la brecha de género, la territorial, la socioeconómica o la de la edad. Es verdad que, en el caso de las mujeres emprendedoras, los resultados del último Informe GEM en España hablan casi de una paridad con respecto al emprendimiento masculino. Pero si luego ahondas un poco más en las empresas, todavía encuentras a pocas mujeres en los Consejos de Administración o en los cargos directivos. 

EMP.: ¿Ha servido esta crisis para evidenciar lo que veníamos haciendo mal y lo que se estaba haciendo bien?

J.B.: Si. En lo que estábamos haciendo mal hay tres cosas principales: descuidar la inversión en ciencia e investigación; no conceder a la industria la importancia que se merece, con un exceso de deslocalización y, por último, haber bajado la guardia y devaluado determinados servicios públicos, especialmente en áreas como la Sanidad y Educación. Nada de esto se cambia de la noche a la mañana o con un decreto ley, por lo que debemos empezar a trabajar ya en esa dirección. 

Ya en la parte positiva, creo que el apoyo que se viene dando desde hace unos años al ecosistema emprendedor va por el buen camino. Aunque quedan cosas por hacer, las empresas más tecnológicas y digitales están resistiendo mejor el golpe por lo que hay que seguir apoyándolas. Pero aquí tenemos también otro reto, que es el de conseguir que se conviertan en vectores de cambio para otras organizaciones más tradicionales. Que se integren y avancen todos a la par. 

EMP.: ¿Qué no va a valer después de la crisis y qué se va a mantener?

J.B.: “Ni la innovación ni el emprendimiento ni, por desgracia, las pandemias son algo nuevo. Soy de la opinión de que las cosas no van a cambiar de forma tan radical como algunas personas dicen. Cierto que la crisis ha servido de catalizador para acelerar el proceso de digitalización de las empresas y puede también que cambie algo el modelo de trabajo, alternando el presencialismo con el trabajo en remoto. Pero lo que hemos vivido estos meses es una excepción y no se puede extraer de ahí una norma. Tampoco quiero pensar que el teletrabajo era eso, con los niños y niñas danzando por casa y sin poder salir a la calle. Lo que hemos hecho la mayoría es trabajar desde casa para salir del paso, pero el teletrabajo, como modelo, requiere un planteamiento mucho más profundo y estructurado.

Sin embargo, en líneas generales, se puede decir que la innovación empresarial, la digitalización y la innovación social (cambios de estilo de vida), todos ellos muy vinculados entre sí, han cambiado. Falta ahora hacer que maduren y que esos cambios cojan velocidad de crucero. 

EMP.: ¿Cómo ve el ambiente en la calle? Le pregunto como persona, no como político


J.B.
La verdad es que me cuesta separar las dos facetas. Pero veo esos dos mundos a los que me refería. Por un lado, están quienes son más resilientes y optimistas que buscan oportunidades en el momento actual, frente a quienes se encuentran decaídos y con miedo a la incertidumbre económica. 

EMP.: ¿Ha escuchado muchas veces estos días eso de “qué hay de lo mío”?

J.B.: No tanto. Cuando hablamos de renegociar los préstamos hubo gente que nos advirtió de que se iban a acoger todos, con razón o sin ella. No ha sido así, solo lo han hecho un 29 %, y de forma justificada. 

EMP.: ¿Qué diría a quienes piensan que se está creando un Estado demasiado subsidiario?


J.B
.: El Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer. Los ERTES, las líneas ICO, las ayudas a los autónomos y autónomas, el salario mínimo vital… todo era necesario. Ya he dicho que cuando hay muchos desequilibrios y a unas personas les va muy bien y a otras muy mal, al final todo el país va mal. Lo que sí que hay que hacer ahora es hilar fino y destinar esas ayudas a quien de verdad las necesite y no desincentivar el interés por obtener mejoras.