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02 Abr, 2023

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Pablo López de Viñaspre, gerente de Wellness and Sport Consulting, resume el cambio de la siguiente manera. “Hace unos años, el sector no era profesional, los locales eran pequeños y los clientes, básicamente deportistas. La actividad se centraba en las artes marciales o el bodybuilding. Ahora está en manos de grandes empresas y el tipo de cliente ha cambiado. Ya no impera el deportista sino la gente que busca mejorar su salud, sentirse mejor, relajarse, divertirse y relacionarse con otras personas. “También han cambiado las superficies. Los centros de hace 10 años tenían 300 o 400 metros cuadrados, los de ahora están por encima de los 2.000”.

Todo indica, según López de Viñaspre, que “el futuro está en las grandes cadenas, las únicas capaces de ofrecer todo tipo de servicios (piscinas, spa, estética, laser, aerobic, jacuzzi, solariums…), los equipamientos de última generación y los mejores precios; aquéllas capaces de crear marca a través de fuertes campañas de publicidad y con capacidad financiera para instalar locales en las mejores condiciones y en los sitios más adecuados”. A las pequeñas, explica este experto, “le quedan los nichos de mercado, desde estudios de pilates al ciclismo estático pasando por la danza o baile moderno; centros, en general, que están dirigidos por especialistas conocidos”.