“El huevo es una fuente –desaprovechada– de infinidad de soluciones saludables y de gran valor nutricional para la alimentación moderna. Unimos el saber del pasado, la tradición, con el presente de la innovación, para ofrecer lo mejor del huevo, aspirando siempre a la máxima naturalidad y el mejor sabor desde el mayor cuidado”, subraya María Caridad García, CEO de Campomayor y tercera generación de una saga familiar, que inició su andadura con este producto en 1942, en un corral de unas 300 gallinas que su abuelo Manuel García puso en marcha en el modesto pueblo de Palas de Rei, en Lugo.
La compañía cerró 2022 con la producción de 17,7 millones de docenas (212,4 millones de huevos).
Inicialmente, todo el proceso se hacía de forma artesanal y toda la familia ayudaba en los diferentes procesos de trabajo, tanto que el propio salón de la casa servía entonces de pequeña tienda-almacén. Aunque Manuel empezó vendiendo los huevos a lomos de un caballo por las ferias locales, poco a poco, se fueron optimizando los procesos y ampliando el número de animales, lo que ya lo desmarcó de la producción típica de la época de una casa de labranza. También se empezó a hacer el reparto a clientes más lejanos gracias a la inversión en pequeños vehículos de carga. El boca a boca en los primeros años y la labor comercial y de marketing, los siguientes, hizo que la marca y la calidad de su producto se fueran expandiendo por los clientes del sector.
Los primeros pasos de la segunda generación
En 1950, su hijo Horacio empieza a trabajar en el negocio familiar, con solo 14 años; trabajador nato y con una gran vena emprendedora, se encargaba de dar de comer a las gallinas, recoger los huevos que vendía en las ferias locales… Tras el fallecimiento de su padre, en 1961, Horacio toma las riendas del negocio, con el objetivo de impulsar su profesionalización y expansión. En 1982 se constituye Campomayor como sociedad.
“Este legado se fue afianzando, creciendo con prudencia, y enriqueciendo con nuevas ideas, siempre con el objetivo de conseguir el mejor huevo posible. La empresa empezó a vender huevos para grandes cadenas de distribución a nivel nacional y se automatizaron los procesos. En Campomayor, el cuidado de las gallinas y su alimentación –que se fue ajustando hasta encontrar la proporción ideal entre distintos cereales, donde el maíz juega un papel muy importante– son claves para que produzcan un huevo de yema color anaranjado y muy cremosa, muy apreciado tanto por consumidores finales como por hosteleros. La empresa comercializa diferentes variedades: huevo campero, campero de maíz, convencional y ecológico, además de huevos cocidos y pelados y huevos de codorniz”, explica la actual CEO de esta compañía gallega.
Modernización y crecimiento de la empresa
A mediados de los años 90, las siete empresas productoras más importantes del sector, entre las que se encuentra Campomayor, ponen en marcha el grupo Matines Ibérica. Esta unión le confiere un papel destacado a Campomayor en el desarrollo de nuevas iniciativas con el huevo como elemento principal en los procesos de innovación que marcarán el crecimiento de la compañía.
Ya en esos años comienza a aparecer por la empresa familiar la figura de María Caridad. Inicia sus estudios superiores de Matemáticas, pero pronto descubre que su verdadera vocación tiene que ver con el mundo de la empresa y decide continuar su formación enfocada a ello mientras compagina su trabajo en el sector de la banca con Campomayor. Allí conoce de primera mano todas las fases del proceso productivo, siempre bajo la premisa del crecimiento controlado, sólido y prudente y con una filosofía clara basada en el esfuerzo, la dedicación y el cariño por las cosas bien hechas.
Tras 20 años trabajando en el sector bancario, en 2001, María se incorpora plenamente a Campomayor y asume la gerencia de la empresa familiar, buscando un modelo de negocio basado en pilares profundos y robustos como el desarrollo de la innovación dentro del mundo del huevo y el crecimiento interno de equipos de alto desempeño. Su llegada a la compañía es el punto de inflexión que hace que la empresa se posicione como una de las grandes del sector a nivel nacional, por su calidad e innovación.
En 2008 se produce un cambio en la normativa europea sobre bienestar animal, que regula las condiciones de los animales de puesta en jaulas. Campomayor es de las pocas empresas en invertir en nuevas instalaciones adaptadas a esos cambios normativos, lo que le da una gran ventaja frente a sus competidores.
En 2011 comienzan la actividad en las nuevas instalaciones de Campomayor, muy próximas a las originales, que destacan por ser de las más modernas de Europa. Y en 2015 la compañía crea la primera planta de pasteurización de huevo de Galicia. Ese mismo año, Campomayor recibe el sello de calidad de la Xunta, el Galicia Calidade. Esta certificación abarca toda la gama de huevos camperos, procedentes de gallinas criadas en libertad en los prados gallegos.
Dos años después, la empresa lanza al mercado el huevo cocinado a baja temperatura para el canal Horeca. “Un producto galardonado con prestigiosos reconocimientos como 5 premios en Alimentaria, un fenómeno que era la primera vez que ocurría en la historia del evento, o el premio al mejor producto innovador del Salón de Gourmets”, recuerda María Caridad.
Productos y líneas de negocio
Actualmente, Campomayor comercializa sus productos tanto para el sector de la restauración (a través de distribuidores especializados), como para los lineales de gran consumo de toda España. Dispone de huevo de cría convencional, suelo, campero, ecológico y enriquecido con Omega 3. Además, dentro de la oferta de ovoproducto [derivados del huevo], producen también huevo pasteurizado (entero, clara y yema) de los mismos tipos de cría que los huevos cáscara. “También disponemos del huevo cocinado a baja temperatura, único en el mercado nacional, y muy demandado por la hostelería”.
Además, “la búsqueda de la excelencia en calidad, tanto en el producto como en las relaciones comerciales, son un eslabón principal de la cadena de valor de nuestra compañía. Es, por ello, que contamos con un departamento de calidad propio, que elabora controles diarios de las materias primas y el producto final, así como un departamento de atención al cliente, enfocado al cuidado personalizado de todos ellos”, asegura la CEO de la compañía.
En Campomayor conciben la innovación como un eje transversal vertebrador. “En todas las áreas de compañía, la innovación tiene su lugar y somos fieles defensores en crear un ecosistema rico y abierto en los que todos los trabajadores se sientan partícipes. Esto se extiende fuera de los muros de Campomayor, y también se colabora activamente con universidades, startups y entidades vinculadas a la innovación y la investigación. Todo esto supone que no solo investiguemos e innovemos en el producto final que llega al cliente, sino que también vamos un paso más allá en todos los engranajes de la cadena de producción y procesos de trabajo del día a día”, destaca María Caridad.
Con 90 trabajadores en plantilla y una facturación alineada con la evolución de los últimos ejercicios [ver gráfico final], próxima a los 29 millones de euros, la compañía se encuentra inmersa en diversos procesos de mejora y crecimiento. “Este año empezaremos los trabajos de automatización de diversos procesos de envasado y paletizado de producto. Además, haremos diversos trabajos de ampliación de las instalaciones para dar servicio a la previsión de aumento de la producción y a la construcción de dos naves de gallinas criadas en suelo”.
Este mismo año, Mundo Healthy, la startup de innovación, desarrollada en 2018 por María Caridad, lanzará al mercado una gama de productos a base de clara de huevo bajo una marca creada especialmente para el gran consumo, Eggnergypro. “Estos ingredientes pueden ser incorporados en diferentes matrices alimentarias y con ellos se puede conseguir eliminar ingredientes como espesantes, emulgentes, espumantes o gelificantes y mejorar su perfil nutricional debido a su aporte proteico de un origen de alta calidad, sin grasa y sin hidratos de carbono. La versatilidad del huevo unida a nuestras innovadoras tecnologías de procesado nos permite ofrecer una variedad de soluciones a las industrias de bebidas, salsas, pasta fresca, panadería y pastelería, platos preparados, snacks, helados y carnes y sustitutos”, subraya la CEO de Campomayor.
Dos de los hijos de María Caridad ya trabajan en la compañía. La cuarta generación ya se está formando.
Con el CSIC y la alta gastronomía
Como miembro del grupo Matines Ibérica, creado a mediados de los 90 por las siete empresas productoras más importantes del sector, para unir sus activos comerciales y conformar un gran grupo avícola, Campomayor forma parte activa en la iniciativa de poner fecha de consumo preferente en el huevo, de los primeros en certificar los centros de clasificación con la normativa IFS y en desarrollar los primeros huevos con Omega 3.
En 2015, Campomayor crea la primera planta de pasteurización de huevo de Galicia, en la que produce huevo entero, clara y yema líquida pasteurizados. Fue pionera en lanzar la referencia de huevo líquido pasteurizado con huevo ecológico y campero. Son productos con etiqueta limpia, ya que no utiliza ni conservantes ni colorantes. “En 2017, lanzamos el huevo a baja temperatura estandarizado, de yema melosa y clara cuajada, que el consumidor solo tiene que regenerar térmicamente para consumir, con un sabor y una textura inimitables. Este producto ya existía en la alta cocina, pero lo hemos adaptado para consumir en casa”, detalla María Caridad.
“La clave es que no nos detuvimos en la producción, sino que decidimos reinventar el sector, apostar por la investigación y explorar las posibilidades que ofrece el huevo, para convertirlo en el protagonista de nuevas soluciones en alimentación saludables y sostenibles”.
Pieza clave en este objetivo es la ingeniera Sofía Pérez Fórneas, al frente de la actividad de I+D+i y responsable de que en los últimos nueve meses se haya ‘pisado el acelerador’ para materializar proyectos que tienen su base en el proceso de hidrólisis del huevo.
Precisamente, a principios de 2018, Campomayor se hace con esta patente, que surge de la fusión entre ciencia y gastronomía, en la que investigadores del CSIC trabajaron hasta obtener del huevo texturas, hasta ahora, desconocidas. También participó el chef Mario Sandoval. El huevo hidrolizado se obtiene después de tratar la clara con una enzima que rompe las proteínas en fragmentos de menor tamaño, un proceso natural. Todos los productos que se desarrollarán a partir de la patente tienen una composición proteica y no contienen ni grasas ni azúcares.
Crecimiento imparable
La compañía, que dirige María Caridad, no ha parado de crecer en los últimos años [como se aprecia en el gráfico superior]. De los 17,3 millones de euros de 2018, ha pasado a los casi 24 millones del año pasado. Lo mismo ha ocurrido con la producción de huevos. Si en 2018 las docenas fueron algo más de 14,5 millones, el año pasado superaron con creces los 17,5 millones de docenas.