Ahora tiene 29 años y es el CEO del Grupo HispanoSegur que engloba a tres compañías, pero la primera empresa la montó a la edad de 24 años. Antes de eso, sin embargo, a Antonio Caballero Domenech nunca se le hubiese pasado por la cabeza que acabaría siendo emprendedor. Lo suyo eran los deportes y por el camino del atletismo canalizó todos sus esfuerzos desde los 8 años. Así es como se convirtió en deportista de alto nivel en la disciplina de lanzamiento de disco. Todo bien hasta que una lesión truncó la carrera deportiva.
Llegada la hora de reinventarse, regresó a su ciudad natal, Palma del Río (Córdoba), y tras formarse como vigilante de seguridad empezó a ejercer esta profesión desde abajo, ascendiendo poco a poco hasta ser responsable de la gestión equipos. Comprobó que el mundo de la seguridad se le daba bien y halló en él una oportunidad de negocio, pero no dejó el empleo. Durante un tiempo lo compatibilizó con el desarrollo del proyecto empresarial y, cuando vio que lo tenía mas o menos maduro, pidió la excedencia laboral, en ese momento como vigilante de Carrefour. Así es como avanza en la constitución de su primera empresa, Hispanoservis, el germen de lo que hoy es el Grupo HispanoSegur donde Caballero Domenech figura como fundador y administrador único.
HispanoSegur es una empresa que se dedica al mundo de la vigilancia privada. Para montarla, Caballero Domenech tuvo que conseguir un aval de 300.000€. Una vez reunida esta suma, constituye la empresa en febrero de 2018. Diez meses después, en diciembre, cerraba el ejercicio con una facturación de 600.000€. Las previsiones para este año son acabarlo con 2 o 2.5 millones facturados, cifras que no suenan a quimera si se tiene en cuenta que, a fecha de hoy, va ya por los 1.800.000 euros.
Este alto crecimiento le ha servido a Caballero Domenech para convertirle en el empresario de seguridad privada más joven de España y para que su nombre aparezca entre los candidatos de la lista Forbes como empresa gacela. Sin embargo, aunque orgulloso, lo que más le satisface es el empleo generado en la comarca del Guadalquivir. La media habitual de la plantilla en HispanoSegur la configuran entre 150 y 200 empleados, llegando a superar los 500 en los picos de mayor demanda. Sus hombres se reparten por los estadios de fútbol, conciertos musicales y otros eventos nacionales de envergadura hasta alcanzar los 6.000 clientes a los que ha dado servicio hasta ahora. El hecho de haber iniciado desde cero y hacer el recorrido completo por todos los escalafones del oficio, le permite ponerse en la piel de los empleados, algo que tanto puede ser bueno como malo. “A veces me cuesta ponerme en mi sitio”, reconoce.
Todo lo ha hecho en solitario y con recursos propios, financiándose con la facturación generada. Ni siquiera ha necesitado de los bancos, aunque ahora está pensando ya en recurrir a ellos para crecer. Competencia no le falta, que España es referente mundial en el sector de la seguridad, pero él ha sabido hacerse un hueco y ganarse el respecto a base de andar “con pies de plomo”, formar mucho al personal y apoyarse en numerosos mandos intermedios.
Oficinas, además de en Palma del Río, tienen también en Sevilla, Málaga y Madrid y la intención es abrir en breve en Valencia y Santander. Lo que no contempla, por ahora, es la internacionalización dadas las complejidades de la industria. “La forma de abrir en otros mercados europeos sería constituir la empresa desde cero en cada ciudad, ajustándonos a la normativa específica”, explica. Sí, confía, sin embargo, en poder expandir el negocio en mercados limítrofes, como Portugal o Marruecos, para seguir avanzando con la empresa.