La estrategia de Becara ha sido y sigue siendo la de un crecimiento sostenido que en los últimos años se ha visto truncado por dos hechos ajenos. En mayo de 2006, el incendio de la fábrica de Valdemoro dio al traste con las buenas expectativas de ventas y la facturación cayó de los 25 millones de euros del año anterior a los 20 millones. “Defendimos el año. No perdimos dinero, pero aquello fue un auténtico drama del que nos repusimos enseguida”, señala Begoña. Y de qué manera. En 2007 Becara obtuvo unas ventas históricas que su presidenta explica por el excelente comportamiento de las compras de sus clientes. El segundo hecho, ha sido la crisis que también ha dejado huella. “2009 ha sido el peor año. Para nosotros desaparecen nuestros clientes americanos y rusos”, apunta Begoña. Las previsiones para este ejercicio son al alza. El objetivo es alcanzar 24 millones de euros, un cifra que colocaría las cuentas de la empresa en los dígitos anteriores a la crisis. Becara ha encontrado en las ventas al exterior (40%) su principal colchón junto a soluciones imaginativas como los corners de regalo personal abiertos en 2009.

INTERNACIONALIZACIÓN Y EXPANSIÓN

Las ferias de Maison et Object (París) o Ambiente y Tendence (Frankfurt) permitieron el despegue internacional de Becara en los años 90, una estrategia exterior que forma parte del ADN de la compañía desde sus orígenes en 1964. Tienen oficinas de representación y fábricas en Pekín, Delhi y Yakarta, tiendas en Estambul (2005), Milán (2006), Turín (2007), Roma (2008) a las que suman ese año dos más en Omán y Qatar. Becara exporta casi la mitad de su producción. En España tiene tiendas franquiciadas y propias en Madrid, Alicante, Barcelona, Pamplona, Sevilla, Murcia y próximamente otras tres en Bilbao, Valencia y Mallorca, además de una nueva en Madrid (Rozas Village). “Somos muy exigentes en la concesión de franquicias. No franquiciamos a nadie que no haya sido antes cliente durante más de 10 años”, señala Begoña. Una estrategia que asegura una relación estable.