Todo comenzó hace dos años cuando, aprovechando elboomde los flotadores de flamenco rosa, Jacinto Fleta, cofundador de Flamingueo, junto a Emilio Peña y Pablo Niñoles, se unieron a esta moda y crearon su propia página online. “Vimos que el producto lo estaba petando en las redes sociales. Muchas celebrities subieron fotos y vídeos a Instagram con este flotador, y nos lanzamos a venderlo en España” explica Fleta. Pero en Flamingueo no se trata sólo de vender un producto, hay una ‘filosofía’ detrás que nos explica el propio Fleta con un ejemplo.
“Es la hora del recreo y los niños salen a jugar alfútbol. Entonces aparecen los líderes, que son losque mejor juegan al fútbol y empiezan a formar asus equipos de mejor a peor. Hay una persona quees elegida la última porque es el menos dotadopara jugar a este deporte. Ése chico se siente fatal ytodos los demás compañeros saben que es el peorjugador. Éste ha sido su primer examen social y ha suspendido. Ahora en las redes sociales ocurre exactamente lo mismo. Tu examen social son el número de seguidores y de likes en la foto. La necesidad de tener reconocimiento existe en el ser humano y los adolescentes se empiezan a crear barreras desde que son pequeños”. Con ese relato, estos tres jóvenes emprendedores de entre 24 y 26 años tienen ahora como objetivo conseguir que millones de adolescentes recuperen la confianza en sí mismos a través de su comunicación en redes sociales y la venta online de flotadores y mantas con forma de sirena. La empresa vendió un total de 12.000 flotadores y facturó un millón de euros en 2017: “Al principio nuestra única misión era vender cuanto más flotadores mejor, sólo pensábamos en vender. Ahora nos preocupamos por las personas. Queremos transmitir unos valores y mensajes de aceptación social. Nuestros productos no son simples flotadores, sino que se convierten en símbolos”.
Redes Sociales, el pilar de la marca
La empresa no teme que su producto sea una moda pasajera. “Si tenemos que cambiar nuestros productos, no pasa nada, la gente lo va a entender porque toda la comunicación siempre irá en el mismo sentido. Puede pasar que dejemos de ser una empresa de flotadores y nos convirtamos en otra de software.Tenemos claro que el cambio es constante”, resume Fleta. ¿Software? Sí, la firma va a sacar al mercado una aplicación de realidad aumentada donde el usuario podrá interactuar con objetos. “Cuando enfoques al flotador, te guiñará un ojo, te saludará y te moverá la colita o las alitas”, detalla.
La relación con los usuarios a través las redes sociales es fundamental para transmitir los mensajes de la marca. Flamingueo no quiere que los jóvenes suban una foto a Instagram con el flotador por puro postureo, sino porque están disfrutando y desean compartirlo en Internet. “Los adolescentes tienen que ser ellos mismos, la mejor forma de gustar a la gente es gustarse a sí mismo y así las necesidades de aceptación social estarán totalmente satisfechas”, explica Fleta.
La comunicación de la firma en redes sociales sigue una máxima: no parecer una empresa sino un grupo de personas. “Nuestro contenido es muy cercano, contestamos todos los mensajes, les preguntamos por el examen de matemáticas y los usuarios nos lo agradecen muchísimo. Nos importan nuestros seguidores, que una cuenta te hable y te valore hace que ese adolescente quiera un flotador de Flamingueo”, añade Fleta.
Si nos centramos en su producto tangible, la marca ha desarrollado un programa que escanea cuentas de Instagram y detecta picos de likes.“Si vemos que un producto es interesante y en España no se está vendiendo, lo lanzamos al mercado. Es el caso de las mantas de sirena. De hecho, aunque se nos reconozca como una firma de flotadores, hemos vendido más mantas que flotadores”. La marca ha aumentado su gama de productos para este verano utilizando esta herramienta. A su portafolio se le añade una llama (al estilo de la película de Disney El emperador y sus locuras), un unicornio y un nuevo diseño de flamenco.
La firma está buscando internacionalizar sus productos y para sus fundadores es clave realizar acuerdos comerciales con grandes empresas: “Nos interesa mucho que Flamingueo se convierta en una marca de confianza. Esta estrategia no es para ganar dinero sino para que se nos conozca”, explica el emprendedor. La empresa firmó un acuerdo con la marca de teléfonos Huawei: con la compra del nuevo smartphone Honor durante la primera semana del estreno, te regalaban un flotador de Flamingueo.
Este grupo de jóvenes emprendedores ha aprendido, además, que el perfeccionismo no es una virtud. “El emprendedor tiene que ser un hombre orquesta, ejecutar muy rápido y no ser perfeccionista. El problema es que intentas hacer un producto perfecto para ti y te olvidas de que el mercado manda”, concluye Fleta.