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27 Mar, 2023

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Ingeniería con bases literarias

Desde minas hasta misiles de defensa, Ayesa trabaja en todo lo imaginable e inimaginable. Una estrategia que le ha valido de estandarte a esta ingeniería sevillana para competir en el mercado internacional.

“En la Córdoba de Abderramán II –siglo IX– un joven ingeniero soñaba con volar. No se arredró. Hizo los cálculos suficientes, estableció una teoría del vuelo, se fabricó unas alas. Un día subió a la torre de la Arruzafá y con toda la ciudad a sus pies se lanzó al vacío. Todos pensaban que se iba a matar, pero no fue así. Milagrosamente, sobrevoló el aire durante 10 segundos y acabó flotando en las aguas del río Guadalquivir con las alas extendidas. Diez siglos después, otro ingeniero quiso inmortalizar esa hazaña haciendo un puente con la figura de Abbás ibn Firnás dando el primer vuelo sobre la humanidad”. Con este relato, entre la ficción y la realidad, José Luis Manzanares, da vida al Puente de Abbás Ibn Firnás “un homenaje a la Córdoba califal” y una de las obras que se enmarcan en sus ya conocidas estructuras épicas.

Sin invadir el espacio

Este concepto, acuñado por Manzanares, surge de la necesidad de expresar un lenguaje a través de sus proyectos. “Las obras que más impactan en el entorno son las de ingeniería. Cuando haces una autopista o una presa, estás machacando o enriqueciendo el paisaje. Por esta razón, “yo me quejaba de que en mi profesión esa sensibilidad no la teníamos. Entonces decidí que toda obra que tuviera impacto evocase una idea y, como yo soy escritor, me dije: ¿por qué no trasmitir una idea épica que identifique la estructura con el lugar, con la leyenda? Así nacieron las estructuras épicas.Ya llevo ocho o nueve puentes épicos que cuentan historias y han tenido mucho éxito”.

El puente del Cachorro para la Expo del 92 fue el primer proyecto con que inauguró esta relación de obras. Otra de sus estructuras más populares es el Guardián del Castillo en Alcalá de Guadaíra (Sevilla).