El mercado de las pipas, la mitad de la facturación de Grefusa, es un negocio regional. “Se puede hablar de feudos. Es complicado que una marca traspase su zona y pase a otra. Entre otras cosas porque las pipas tienen una vida muy corta. Si alguien prueba unas pipas y están malas, no vuelven a consumirlas. De ahí que haya reparos a la hora de salir”, desvela Agustín Gregori. “Cada uno en su zona es más fuerte. Existen vínculos emocionales. Pero esto, cuando te diriges a jóvenes, con sabores, con publicidad, con diversión… ahí captas consumidores para el futuro”, advierte.
Las pipas, un mercado que se reparte en feudos