Flamingueo: Una historia de flamencos, unicornios y sirenas
Jacinto Fleta, Pablo Niñoles y Emilio Peña se conocieron en la universidad y empezaron a colaborar en un proyecto para montar una tienda de ropa por internet. En un momento de descanso, Emilio les dijo: “He visto un producto que lo va a reventar”. Y enseñó a sus compañeros un enorme flotador con forma de flamenco. “No hubiese apostado ni un duro por eso. Pero lo hizo con tanta pasión que decidimos hacer una prueba”, declara Jacinto. Cualquiera que haya ido a la playa o a la piscina el pasado verano habrá comprobado su éxito. “Dimos con el producto adecuado en el momento perfecto. Era una moda que venía de Australia pero aún no se vendía en España. Fuimos los primeros en llegar. También ha sido importante la comunicación en redes sociales, que nos ha permitido crear una comunidad superfiel”, reseña Jacinto. Flamingueo , que factura 1,5 millones de euros, tiene alrededor de 250.000 seguidores entre todas las plataformas, aunque se enfoca esencialmente en dos. “Nos centramos el 90% en Instagram y el 10% en Facebook. Tenemos también Pinterest y Twitter, pero están automatizados. El contenido patrocinado se reparte al 50% entre Instagram y Facebook”. También ha desarrollado campañas con Grefusa –promoción de las pipas ‘G Pink’- o Huawei –lanzamiento del smartphone ‘Honor’-, con el fin de ‘viralizar’ en redes sociales. Su target son esencialmente mujeres jóvenes y adolescentes.
Pero no todo es de ‘color rosa’. “Al principio, era un producto que sólo teníamos nosotros, por lo que se podía vender con un margen bastante bueno. Ya es nuestro tercer verano y registramos récord de ventas, pero el tique medio es mucho más bajo porque hay muchísima más competencia”, reconoce. La respuesta está en la innovación y la búsqueda de nuevos productos. Después de los flamencos, comenzaron a ofrecer otros flotadores, como unicornios o donuts, así como mantas con forma de cola de sirena. Ahora también vende lámparas de neón. Además, realiza constante prospección de productos. “Hemos desarrollado un software que analiza cuentas de Instagram y detecta productos que aún no están en España y que pueden ser exitosos”, comenta Jacinto.
Actualmente vende sólo a través de su tienda online. Flamingueo reconoce que su catálogo todavía no es suficientemente amplio para abrir tiendas propias pero no lo descarta en el futuro. Uno de sus desafíos es la exportación. Ha hecho incursiones en Francia, Italia o Alemania, pero la rentabilidad no ha sido la esperada. Otro reto es la estacionalidad de un producto como el flotador. “Nos planteamos si debíamos ir al hemisferio sur o sacar un producto nuevo, de invierno. Para nosotros era más fácil cambiar de producto que de cliente”. Así empezaron a vender sus ‘mantas sirena’. De hecho, aunque sean conocidos por los flotadores, en realidad han vendido más mantas. “Hay más sofás que piscinas”, apunta Jacinto.
Paula Franco: Bolsos ‘customizables’ y de calidad
Celebrities como Elsa Pataky, Paula Echevarría o Maribel Verdú han aparecido públicamente con los bolsos de Paula Franco . “Tienen la peculiaridad de que son intercambiables. Esa fue la premisa inicial. Y esa era la principal característica para poder competir con otras marcas, porque en este sector tienes que ser diferente, novedoso y original”, explica la creadora. Además de esos diseños con piezas intercambiables, también ofrece otros ‘tradicionales’, aunque partiendo siempre del estilo y la calidad. “Mis bolsos tienen un diseño original y diferente. No sólo los intercambiables. De hecho, los que no lo son ofrecen más posibilidades de diseño, porque los intercambiables tienen que ser más sencillos y estandarizados. Y son bolsos de calidad, con buenas pieles y materiales y acabados fantásticos, realizados en España por artesanos expertos en piel. Y son bolsos elegantes pero prácticos”, afirma.
El apoyo de las celebrities ha sido esencial en su crecimiento. “Son prescriptoras en las que la gente confía. Les llegan muchísimos productos novedosos y que elijan sacar tu marca o te mencionen es importante para nuestro target, porque confían en ellas”, reseña. Su actividad en internet ha hecho el resto. “Empezamos fuerte en redes sociales e hicimos que nos conociesen a través de estos canales. La estrategia inicial fue comunicar a prescriptores y medios. Y una vez que lo fuimos consiguiendo, se ha ido generando contenido en redes sociales para finalmente llegar al cliente”. Tienes presencia en Facebook, Twitter y, por supuesto, Instagram, a la que define como “la red social por excelencia en el mundo de la moda”.
La diseñadora no teme que los clientes se olviden de sus bolsos. “La solución pasa por proponer cosas nuevas, aunque intento mantener los clásicos. Hay bolsos icónicos siempre a la venta, pero se van actualizando y se les da un toque original cada temporada. Y en los intercambiables, partimos de un bolso inicial pero vamos incorporando nuevos accesorios que se adaptan a la moda”, matiza.
Paula Franco pretende abrir mercado fuera de España, “sobre todo en Europa, donde hay un target más parecido al de aquí, acostumbrado a pagar por el diseño”. Desarrollaría la misma estrategia de venta 100% online que sigue en nuestro país. También espera ampliar su catálogo con carteras y marroquinería. “A partir de ahí, ir ampliando materiales, para estar presentes en todas las épocas del año. Porque según la climatología, se lleva una cosa u otra”, puntualiza.
Pompeii: Unas ‘zapas’ que hacen mucho ruido en redes
Jaime Garrastazu, Cosme Bergarecheque y Jorge y Nacho Vidri fundaron Pompeii a finales de 2014. “No sabíamos muy bien a qué dedicarnos profesionalmente, así empezamos a pensar qué nos gustaba. Y nos encantaban las ‘zapas’. Coleccionamos zapatillas de EE UU, ediciones especiales, etc.. Aunque no teníamos ni idea de este mundo, nos preguntamos por qué no empezar a fabricar. Lo siguiente que hicimos fue escribir en Google ‘¿Cómo se hacen zapatillas?’ No nos enteramos de nada. Así que buscamos dónde se hacían zapatillas en España”, comenta Jaime.
Así descubrieron la industria del calzado de Elche. “Empezamos a llamar a las fábricas. En las primeras llamadas ni siquiera sabíamos qué preguntar. Sólo sabíamos que queríamos hacer zapatillas. Comenzamos diseñando las zapatillas con colores Alpino, de manera superartesana y básica. Y empezamos a mover nuestro producto en redes sociales, porque no teníamos recursos y porque pensábamos que era dónde estaba nuestro público gente”, señala.
Abrieron cuentas en Facebook e Instagram, haciendo ruido con el objetivo de generar boca a boca. “Nos pusimos a generar contenido de las zapatillas, como fotos de los cordones donde sólo se intuía el producto. Pero no explicábamos dónde y cuándo se iba a vender o quiénes éramos. Esas preguntas surgieron entre nuestros seguidores. El día antes de empezar a vender teníamos más de 4.000 followers. Empezamos a vender en pop-ups stores en Madrid, Valencia, Barcelona, Sevilla… Sólo vendíamos 3 días al mes zapatillas numeradas del 1 al 349. Y donde íbamos, se agotaban. La gente tenía que esperar al mes siguiente y pedir a sus amigos de la ciudad donde íbamos que se las comprasen. Luego saltamos al mundo online. Abrimos una web que no tenía botón de comprar. Lo activábamos sólo tres días al mes”, explica Jaime.
La compañía define sus zapatillas como casual. “Nuestra intención es que combinen la formalidad e informalidad que necesitamos en nuestro día a día, para ponérselas con casi todo, desde una camiseta hasta una camisa. Y siempre con un precio ajustado. Éramos universitarios y pusimos un precio que podíamos permitirnos”, señala. En cuanto al target, asegura que son usuarios habituados a comprar por internet, de 25 a 35 años, e incluso menores. Pompeii, con una cifra de negocio de cuatro millones de euros, acaba de recibir una ronda de financiación de un millón de euros que le permitirá abrir puntos de venta propios antes de concluir el año, así como afrontar su expansión internacional, aunque ya con la mirada puesta en el último tramo del próximo ejercicio.
Victoria Rockera: Moda con mensaje y reivindicativa
Victoria Rockera casi fruto de la casualidad. Regina Navarro, creadora de la marca, trabajaba con su hermano ofreciendo servicios de consultoría web. Pero su vida cambió cuando se hizo algunas réplicas de camisetas de firmas de alta costura, que se vendían a precios prohibitivos. Se le daba muy bien y gustaban mucho, por lo que decidió empezar a hacer diseños propios. Con su experiencia en la consultoría web, montaron una tienda online y arrancó la venta de camisetas.
La marca empezó a moverse en redes sociales, contando con la colaboración de una agencia de comunicación. Y la estrategia dio frutos. Sara Carbonero habló de las camisetas en su blog, a la par que celebrities como Paula Echevarría, Lorena Van Herde, Cristina Pedroche, Laura Sánchez, Ana Morgade o Eva González aparecían con sus creaciones. La marca cuenta con perfiles en Instagram, Facebook y Twitter.
“Intentamos tener continuidad, con post diarios en nuestras redes sociales. Hacemos un tipo de fotos street style, muy naturales. Y no trabajamos con modelos profesionales, para darle más cercanía”. Esto se acompaña con una estrategia de rotación de catálogo, lanzando alrededor de una quincena de nuevos diseños cada mes.
Regina cree que sus camisetas triunfan porque son un símbolo de “reafirmación personal”, con mensajes tan rompedores como ‘Que te den’, ‘Lo que no te mata te hace más fuerte, más guapa y más cabrona’, ‘Creo en mi (a ciegas)’, ‘Las buenas chicas aman a los chicos malos’, ‘Soy la protagonista de mi vida’ o ‘Cualquiera no la hace suspirar a una’. “Consiste en quererse mucho a uno mismo. Son frases muy nuestras. Muy reivindicativas”, afirma la fundadora. Su público objetivo son chicas de 20 a 40 años, aunque ahora también ofrece camisetas unisex y masculinas. Vende a través de su tienda online y también está presente en alrededor de 80 comercios multimarca de toda España. Con la vista puesta en el futuro, espera abrir su propia cadena de tiendas. “Estando pensando en un modelo de franquicia”, adelanta Regina. Aunque los establecimientos no llegarían hasta el próximo año.