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21 Mar, 2023

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La crisis le ha tocado bastante de cerca, justo cuando algunas de sus empresas –nacidas a partir de su restaurante Coque– despegaban. Diversificó en 2002 cuando España crecía a ritmos del 3% y con su fama como chef consolidada. “Cuadrar las cuentas de un restaurante de lujo sólo es posible si eres buen empresario. Es un negocio muy caro. Para dar 40 cubiertos, necesito 21 empleados”. Las dificultades se agravan porque en España “esta restauración es muy barata. Puedes comer por 80 o 90 euros. En Francia o Italia no bajan de 170”.

En los últimos años, y con la ayuda de sus hermanos, extendió sus actividades al catering (Sanhuer y La Romanée), el asesoramiento y los contratos de imagen y con empresas (Food Concept y Dream Food) y la repostería para terceros (Dulcemanía). La crisis le ha obligado a repensar su estrategia. El catering para empresas le ha bajado un 35%, lo que le ha llevado a abandonar hace meses otra empresa de catering. Igual que ocurrió con los negocios de consultoría gastronómica, “que hemos puesto en stand by”.

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