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25 Mar, 2023

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¿Quién dijo que las ‘Mates’ son difíciles? Esta empresa demuestra lo contrario

Método Kumon, inteligencia artificial, app móvil... Metemos todo en la coctelera y, ¡voilà!, sale Smartick, que lanzó en 2011 la primera versión de su software para el aprendizaje online de Matemáticas y hoy tiene más de 10.000 alumnos en 55 países.

Año tras año, el informe PISA y otros estudios internacionales ponen ante nuestros ojos una triste realidad: España está a la cola de los países de la OCDE en Matemáticas y Ciencias. Además, la brecha entre las distintas comunidades autónomas de nuestro país es más que evidente. Daniel González de Vega y Javier Arroyo, cofundadores de Smartick, se han propuesto aportar su granito de arena para revertir esta situación.

“De forma accidental, conocí el método Kumon, que se basa en la enseñanza mediante cuadernillos. Me di cuenta de que tenía todas las servidumbres e inconvenientes de un método físico, que exige acudir al centro al menos dos veces a la semana. Vi que se podía meter una capa de tecnología para mejorar el concepto. Y eso es lo que hicimos”, explica González de Vega.

Smartick se fundó en 2009 y arrancó la programación. La empresa dio a luz una versión piloto a finales de 2010, superando con éxito las pruebas en 60 colegios madrileños. La primera versión comercial llegó al mercado al arranque del curso siguiente, en septiembre de 2011. Los fundadores levantaron la compañía con sus ahorros, el apoyo de un pequeño grupo de familiares y amigos y a la financiación de Enisa. Sin embargo, no ha necesitado acometer rondas de financiación en las que hayan entrado a formar parte del accionariado business angels, sociedades de capital semilla o capital riesgo. Y eso a pesar de que González de Vega trabajó durante años en varios fondos de private equity. Lo cierto es que a Smartick no le ha hecho falta acceder a este músculo financiero externo, ya que consiguió el punto de equilibrio o break even en 2013, algo poco usual para una startup tecnológica.

“Es un proyecto muy rentable y generador de caja. Provengo del capital riesgo y siempre me planteo si sería bueno levantar una ronda de financiación grande para empujar el desarrollo. Sin embargo, por ahora no lo hemos necesitado para lograr el crecimiento que tenemos, que es grande. No tengo claro que necesitemos dicha financiación ya que somos autosuficientes”, especifica.

Un modelo ‘premium’

La compañía cuenta actualmente con más de 10.000 alumnos en unos 55 países de todo el mundo. Y todo eso casi sin inversión publicitaria, basándose en el boca a boca y la experiencia de éxito de sus usuarios.

Su aplicación es multiplataforma –para PC y tablets– y se dirige a niños de 4 a 14 años, aunque el 70% de sus usuarios se concentra en la franja de 6 a 11 años. Y el 90% de sus clientes son particulares, mientras que el 10% restante corresponde a colegios, ya sea para realizar una “implantación universal” –para todos los alumnos del centro– o como actividad extraescolar sólo para aquellos niños que lo deseen.

Smartick ha apostado desde el principio por un modelo premium. Tras un periodo de prueba gratuito de 15 días, hay que pagar una cuota que varía entre los 19 y 39 euros al mes, dependiendo del periodo contratado (abono mensual, trimestral o anual) y el número de hijos. Por ejemplo, una suscripción anual para dos niños cuesta unos 29 euros al mes. En el caso de los colegios, se establece una tarifa distinta dependiendo del número de niños, aplicando un importante descuento por volumen. Por ejemplo, un colegio con “implantación universal” pagaría por cada niño en torno al 35%-40% del precio a particulares.

González de Vega considera que Smartick se ha beneficiado de la creciente tendencia al pago por servicios online –Spotify, Netflix, Dropbox…– y la paulatina salida de la crisis. Además, cree que “las Matemáticas están empezando a verse como algo necesario en un mundo donde la tecnología es un importante vector de desarrollo económico”.

Éxito = Calidad + Satisfacción

Para poder cobrar estas tarifas, que no son nada baratas, hay que ofrecer un producto de calidad, que justifique dicho esfuerzo económico.

Aprendizaje adaptativo. Aunque la idea de Smartick parte del método Kumon, uno de los problemas de dicho sistema es que puede ser muy repetitivo y monótono. La aplicación solventa este asunto planteando sesiones cortas diarias –unos 15 minutos– y contenido individualizado, personalizado y adaptado a la evolución del alumno, gracias, por un lado, a un equipo de matemáticos y profesores expertos en Matemáticas y, por otro, al uso de inteligencia artificial y algoritmia.

Servicio excelente. La atención al cliente es tan importante como la calidad del sistema y sus resultados. Aunque se trata de un servicio online, hace especial hincapié en este aspecto. “El cliente tiene que ver que, más allá del producto en Internet, hay unas personas, un equipo y un servicio”, declara.