Precio asequible
El precio tiene que ser lo suficientemente atractivo. Las tarifas planas, que permiten acceder a un gran número de películas o series (no de estreno), son un buen reclamo para atraer posibles usuarios. El éxito de Netflix en Estados Unidos se debió al precio, 7,99 dólares durante muchos años.
Acceso sencillo
Es básico que el cliente pueda acceder, sin problemas, a todos los productos disponibles y al mayor número posible de ellos. Cuantos más títulos, mejor. Y nada de un mapa web alambicado que convierta la experiencia de navegar en tu portal en una tortura. Simplifica el número de clics.
Compatibilidad con todo tipo de dispositivos
Aunque la mayor parte de los portales priman soportes como la televisión y el ordenador, casi todos ofrecen acceso a través de decenas de otros dispositivos, desde las consolas de juego a las tabletas pasando por los móviles.
Banda ancha suficiente
La principal causa de que hasta ahora los ofertantes de vídeo o cine streaming no se hayan fijado en el mercado español se debía al bajo nivel de banda ancha en nuestro país. Sólo recientemente se extendió el servicio al nivel y por encima de los tres megas.
Control de las descargas ilegales
Según coinciden los expertos, es fundamental que la piratería por Internet esté relativamente controlada, o se circunscriba a determinados nichos de la población. Si no, el mercado se estrecha. De hecho, los nuevos portales esperan crecer de usuarios legales.