De un vistazo
Edad: 67 años.
Lugar: Madrid.
Experiencia: Más de 25 años en la utilización de sistemas online.
Hitos: Ha participado en tres de los cinco grandes éxitos de Internet de España: BuyVip, Tuenti y Xplane.
Tiene más de 25 años de experiencia en la utilización de sistemas on line, antes incluso de que le pusieran puertas a lo que hoy conocemos como Internet. Entre sus creaciones está DaD, una incubadora de proyectos de Internet.
EMPRENDEDORES: Se puede decir que eres el decano de los emprendedores on line. ¿Hueles los negocios que serán viables de los que no?
RODOLFO CARPINTIER: Si hablamos de los últimos 5 grandes éxitos del Internet español en los últimos 10 años he estado en tres: BuyVip (comprada por Amazon), Tuenti (adquirida por Telefónica) y Xplane (vendida a la multinacional Dachis Group). Llevar mucho tiempo te da la ventaja de tener una experiencia en diferenciar proyectos y proyectos. Ves unos que intuyes que pueden ser muy buenos desde el inicio y apuestas, sobre todo, porque te gusta el emprendedor y el equipo que es capaz de configurar. Pero éste es un negocio de alto riesgo y hay que saber apostar por gente que se la está jugando y que, por lo tanto, va a hacer lo imposible por sacar adelante un gran proyecto.
EMP. ¿Qué requisitos debe cumplir un proyecto para apostar por él?
R.C. Diferenciamos entre lo que son proyectos viables y los que son escalables o invertibles. Los primeros son proyectos donde un emprendedor está empezando a facturar y quiere hacer un negocio que, en tres o cuatro años, facturará un millón o millón y medio de euros, ganará 200.000 o 300.00 euros y dará trabajo a 8 o 10 personas. Probablemente, será un proyecto muy viable. Y los segundos son aquellos proyectos que realmente tienen potencial para convertirse en una empresa que valga 100 o 200 millones de euros a cinco o seis años vista. Y la diferencia entre unos y otros es que para apostar, desde el punto de vista de un inversor de capital semilla, buscamos proyectos en los que veamos un gran recorrido. A aquellos proyectos que son viables les ayudamos a mentalizarse de que lo pueden hacer solos, que no necesitan inversión y que lo que tienen que hacer es buscar clientes.
EMP. Una parte muy importante de un proyecto es el emprendedor y su equipo, ¿qué perfil deben cumplir?
R.C. El emprendedor en España está cambiando mucho. Hay jóvenes con muchas ganas de cambiar las cosas. Y eso lo vemos con mucha frecuencia. Y también vemos profesionales que quieren reciclarse, que poseen experiencia en gestión importante, que están viendo que Internet es el mundo del futuro y quieren reciclarse. Para ello, aplican sus conocimientos de gestión a otros entornos. Así, cada vez vemos más profesionales, mejor preparados y dispuestos a liderar proyectos importantes en Internet, que vienen de otros mundos completamente distintos.
EMP. Cuando creaste DaD, en 2006, eso de una incubadora de Internet debía sonar a chino. ¿Que te llevó a ponerla en marcha y cuál es su filosofía?
R.C. DaD es el resultado de la experiencia que habíamos tenido en Netjuice, que fue una incubadora 1.0. DaD se crea con el concepto 2.0. La gran diferencia es que en la primera se buscaba el control de las empresas y en DaD lo que buscamos es sentirnos cómodos con entre un 15-20% de participación en los proyectos y que nuestros inversores co-inviertan con nosotros en empresas en las que participamos. De tal forma que nos permite tener muchos más recursos, sobre todo, intelectuales a un precio muy barato.
EMP. ¿Cómo convenciste a los primeros socios e inversores para que arriesgaran su dinero en nuevos proyectos?
R.C. Explicándoles que ésta era una inversión de alto riesgo, pero en un sector que sólo puede ir hacia arriba. Les dije: ‘Os aconsejo que no invirtáis nunca más de un 3% de vuestro patrimonio y ningún dinero que vayais a necesitar en los próximos 5 años’. Los 8 primeros inversores invirtieron de esa manera.
EMP. DaD está presente en mercados como China, EEUU, Rusia… ¿son diferentes o similares al nuestro? ¿y las peticiones, necesidades y demandas de esos emprendedores?
R.C. Los emprendedores y sus necesidades son cada vez más similares. En cambio, el entorno es diferente. Estamos en dos países como China o Rusia, donde ni Google lidera el mercado ni Facebook es relevante. Para el resto, Google y Facebook son piezas muy importantes para cualquier estrategia de marketing que se haga y, sin embargo, en China o Rusia no es así, porque hay homólogos locales que tienen mucha más relevancia.
EMP. ¿A qué nivel de desarrollo están las redes de business angels en España?
R.C. En los últimos dos años, hemos dado un salto cuántico, es decir, de no tener ninguno a tener algunos, no muchos, pero algunos. A eso ha contribuido también el hecho de haber tenido un par de éxitos como Tuenti o BuyVip, que han creado una serie de millonarios jóvenes con capacidad inversora y ese es uno de los entornos del ecosistema que más hacían falta en España. Y últimamente están empezando a aparecer asociaciones de business angels en cada región española. De eso a que sean realmente activos e inviertan hay todavía un tramo. Hay muy pocos que hayan invertido. Algunas redes, las que llevan algo más de tiempo y se han consolidado, han hecho ya inversiones por valor de un par de millones de euros. Empiezan a verse movimientos en la dirección adecuada. Lo que hace falta en España es un cambio de la fiscalidad. Se ha estado a punto de hacer algo al respecto, pero la crisis ha hecho que ese tema pase a segundo término. Países como Francia o Inglaterra tienen unas ventajas fiscales importantes que hacen que los business angels tengan una mayor predisposición a invertir.
EMP. ¿Cómo se puede presentar un proyecto de negocio a DaD?
R.C. A través de nuestra web (www.dad.es/emprendedor). Al año vemos entre 600 y 700 proyectos. De esos, el primer día eliminamos la mitad, porque están en segmentos de mercado que no nos interesan, porque ya hemos invertido en un competidor y no queremos invertir en otro, porque es un segmento de mercado en el que ya es la copia número 27 y no vemos viable invertir en el proyecto número 28 del mismo segmento de mercado… Al resto, entre 300-350, se les pide un resumen en una sola página sobre la oportunidad de negocio. Analizamos ese resumen. Y de ahí se suele caer la mitad, porque no saben explicar en una página realmente por qué van a tener éxito. De los que quedan, entre 150 y 200, les pedimos un plan de negocio que revisamos. Y de esos, terminamos viendo cara a cara a entre 70 y 100 y discutimos con ellos. Y aquellos que nos parecen más interesantes, los pasamos al Comité de Inversiones. Este comité ve entre 25 y 40 proyectos al año y acabamos invirtiendo entre 7 u 8.
EMP. Imagina que no tengo una idea de negocio, pero sí creo que tengo unas habilidades y cualidades especiales para liderar un proyecto de otro. ¿Me podéis ofrecer un proyecto?
R.C. Siempre buscamos emprendedores con capacidad de gestión. El problema es que la mayor parte de los que se presenta viene con mentalidad de empleado. Y la diferencia entre empleado y emprendedor es gigantesca. El primero quiere tener un sueldo a final de mes y el segundo quiere tener su proyecto. Tiene que ser alguien que se haya convencido de que quiere emprender, de que sabe que la responsabilidad de pagar las nóminas a final de mes es suya y que, por tanto, tiene que ser capaz de liderar un proyecto. Y de esos, hay muy pocos. Uno de cada 50 nos llega con ese espíritu emprendedor.
EMP. ¿En qué mercados, cuánto tiempo y cuándo salís de los proyectos?
R.C. La tendencia natural es salir con el emprendedor. Normalmente, en unos 5 años. El emprendedor trabaja mañana, tarde y noche, fines de semana y vacaciones y suele quemarse en un espacio de tiempo de entre 4 a 5 años. Si ha sido capaz de crear valor, a los 4-5 años la empresa vale mucho dinero, empieza a tener ofertas interesantes y a pensar en su salida. Y normalmente nuestros horizontes son entre esos 4-5 años. Buscamos proyectos en los que creamos que la revalorización va a ser muy grande en virtud de su escalabilidad. Hay mercados en los que no entramos simplemente porque no tenemos el expertise necesario. Por ejemplo, yo sigo muy de cerca el de la nanotecnología, pero no tenemos el entorno adecuado de conocimiento para invertir en él. En ese sentido, invertimos en sectores de Internet en los que tenemos conocimientos y, sobre todo, no invertimos nunca cuando se trata de una inversión financiera pura, es decir, si sólo nos pide dinero. Sí nos interesa un emprendedor que sepa quiénes somos, que realmente piensa que le vamos a mejorar su modelo de negocio y hacerlo crecer, y que sepa que nuestra inversión será sólo el 50 o el 60% de lo que nos pide. No invertimos como inversor financiero puro y duro.