Se puede decir que en su caso se han juntado el hambre y las ganas de comer, o dicho de otra manera, el espíritu cooperativo empresarial de Pablo García Bodaño y la filosofía del “dar sin esperar nada a cambio” de Cipri Quintas. Y el resultado de esta combinación ha sido un Silk renovado que actúa como un escaparate donde Tattoo puede exponer todos sus materiales. Pero vayamos por partes.
Diciembre de 2020. Tras 9 meses cerrado por la pandemia, el restaurante tailandés-español Silk, propiedad de Quintas y de sus socios Román Mosteiro y José Luis Alonso, decide abrir sus puertas. Son momentos difíciles.
8 de enero. La borrasca Filomena arrasa Madrid, causando incontables destrozos en el local. “Fueron momentos muy oscuros porque llegas sin fuerza después de un año muy duro. De repente nos llamó Pablo (García Bodaño) y nos contó que tenía un contract y que quería hacer un showroom y vimos la resiliencia que había detrás de esta sinergia”, recuerda Quintas.
La historia de Tattoo Contract
Tattoo Contract, compañía de Pablo García Bodaño, tiene más de 10 años de historia a sus espaldas.
“Nacimos en la anterior crisis. Yo venía de una empresa que equipaba hoteles que cerró en aquellos años y acabé en el paro. Hasta que decidí crear una plataforma contract: una plataforma que aúna diferentes industrias relacionadas con el equipamiento de edificios como hoteles, residencias, colegios… que se llamó tal cual: plataformacontract.com. Allí podías encontrar una vertical de iluminación, otra de vidrio, otra de cristalería, otra de madera… Tattoo era el instrumento integrador que hacía de brazo comercializador y poco a poco Plataformacontract. com pasó a denominarse Tattoo contract”.
El modelo fue expandiendo sus servicios a hoteles de países árabes, de Doha, de Arabia Saudí, empezaron con las estaciones de trenes, de ahí fueron a Dubai y al poco saltaron a República Dominicana: En 2019 habían facturado 11 millones de euros y en el arranque de 2020 decidieron crear una marca nueva, Carved.Tech https://carved.tech/, una empresa que aúna la piedra natural, el metal y la madera con la impresión digital para crear acabados y texturas diferentes.
Y en estas llegó la pandemia y lo paralizó todo. “Con la creación de la marca y la pandemia la facturación cayó a poco más de 200.000 euros. Nos tuvimos que reinventar y decidimos apostar mucho por la sostenibilidad, desarrollando todo tipo de soluciones a partir de materiales reciclados: probadores realizados con vaqueros reciclados, pomos de puerta con restos de pescado, moquetas con residuos de redes de pesca… Así nació el Material Innovation Hub http://www.mih-europe.com/, una materioteca a la que pueden acudir los industriales de cualquier industria para conocer los nuevos materiales”.
Espíritu de colaboración
Pero también a raíz de la pandemia surgió la posibilidad de crear una sinergia. “Y me acordé de Cipri Quintas al que había conocido un año antes. Él representa ese espíritu de dar sin esperar nada a cambio y en Silk de refleja como en ningún otro sitio la filosofía del espacio donde ocurren cosas. Yo llevaba tiempo con la idea de crear un showroom en Madrid. Así que, cuando Filomena inundó Silk, lo vi claro: ¿por qué no unirnos para reformarlo?
Nosotros proveíamos todo el material sin ningún coste y ellos se encargaban del montaje. A cambio, Silk se transformaba en un auténtico showroom vivo donde cualquier constructor o arquitecto puede ver cómo actúan los materiales, cómo quedan los acabados, cómo se comportan los diseños. No es lo mismo contarle a un constructor las propiedades de una piedra natural que poder enseñarle las diferentes aplicaciones en un espacio que no es sólo decorativo, sino que tiene un uso continuo. Desde Tattoo agrupamos hasta 25 industrias distintas y decidimos poner todos los materiales gratuitos (unos 500.000 euros)”.
El espacio se reformó entero: uno de los restaurantes se transformó en un club o zona privada de 100 m2; el pasillo de acceso se transformó en un boulevard al estilo de los hoteles, donde se combinan zonas de trabajo con zonas de reuniones, de descanso e incluso con una cabina para realizar videoconferencias. Cuenta además con una Smartroom, un espacio que por la noche y el fin de semana se convierte en discoteca y entre semana actúa como sala de congresos y presentaciones, con capacidad para 210 personas sentadas y 160 personas de pie.
“Es decir, es un espacio donde puedes pasar todo el día: venir por la mañana a hacer una presentación, a realizar reuniones o videoconferencias, comer, trabajar por la tarde, cenar e incluso echar un baile en la discoteca. Puedes ir a cualquier hora”, explica Quintas.
Siempre hemos sido un local donde ocurrían cosas, muy enfocado a restaurante y a eventos, de manera que servíamos noche y día en los restaurantes y en la terraza. Ofrecíamos una experiencia más allá de la gastronomía. Cuando abrimos no existía nada similar. Hace ocho años se incorporó Román al negocio e introdujo el concepto de los hoteles aplicado a un restaurante, con el boulevard como una business área.
Tras Filomena hemos dado una vuelta al local, enfocándolo mucho al mundo de la música (con actuaciones musicales en directo) y las empresas, para presentaciones, eventos corporativos, jornadas, talleres. Alcobendas es la tercera ciudad con más multinacionales por metro cuadrado y es un valor que hay que aprovechar”, recuerda Quintas. En total, 2.000 metros cuadrados entre los espacios cubiertos y descubiertos (terraza y jardín) con un enfoque muy diferente. “El mundo ha cambiado y hay que ofrecerle cosas distintas. Nosotros queremos ser el local postpandemia que reinterprete el ocio” .