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28 Mar, 2023

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Enrique Sacristán, 72 años, fundador de Turismúsica, define en una frase la fuerza de su agencia de viajes de nicho. “Si quiere tener la seguridad de asistir a una ópera en la Scala de Milán, o va con Turismúsica o mejor se queda aquí”. ¿Muy contundente? No, real como la vida misma. Lograr una entrada para el teatro italiano, como para otros recintos o festivales desde Londres a Bayreuth o Sydney, se ha convertido en misión imposible. “La demanda es muy superior a la oferta”, asegura este agente de viajes superespecializado.

Tan es así que a Sacristán le vino la idea de abrir su agencia un día que, estando en Viena, para asistir a la Tosca, estuvo a punto de no conseguir entrada. La logró al final gracias a sus relaciones con el mundillo musical lo que hizo que se le encendiera una lucecita. “Pensé que mi experiencia en viajes como representante de Meliá en Italia y Latinoamérica hasta 1974, mis relaciones en el sector y mi pasión por la música me ofrecían una oportunidad”. Garantizarles a los melómanos españoles la seguridad de poder entrar en los grandes teatros y festivales de Europa, en un viaje de alto standing.

Hoy todas las grandes cadenas tienen el producto Turismúsica en oferta. “Existen una o dos agencias como la mía en otros países de Europa, y desde luego ninguna en España”. Quizá porque el turismo musical, además de minoritario, es caro. Las entradas no bajan de los 300 y 400 euros y el cliente exige un hotel de lujo, en el centro de las ciudades, y descarta viajar en low cost. De ahí que un fin de semana de Turismúsica en Europa, con entrada incluida, no baje de los 1.800.

La idea ha funcionado. Turismúsica facturó 2,3 millones de euros el año pasado. Aún así no ha podido escapar de la crisis. Esa cifra fue un 4,5% menor que la del 2007, y este año será aún más baja.