En mayo de 2012, el número de matriculaciones de vehículos destinados al renting descendió el 10,91% con respecto al mismo periodo del año anterior, según Asociación Española de Renting (AER). La crisis ha tardado en llegar a este subsector gracias a las ventajas de un producto financiero que funciona como refugio: es más fácil de conseguir que un préstamo, deducible en IVA e IRPF, y ayuda a aligerar los balances, al figurar como gasto y no como endeudamiento. De hecho, la IV Encuesta de Calidad elaborada por AER muestra que el 60% de los clientes lo considera la mejor fórmula para disfrutar de un vehículo, y el 90% está satisfecho con la calidad del servicio.
La causa del decrecimiento “está relacionada con la incertidumbre y denota lo que está ocurriendo en España: muchas empresas han desaparecido y otras desarrollan su actividad con menos vehículos”, explica Agustín García, presidente de AER. “Desde el inicio de la crisis, más del 30% de los clientes ha ampliado sus contratos en lugar de renovarlos. Prefieren seguir con el mismo vehículo un año más, antes que solicitar uno nuevo, con cuotas más caras, por otros cuatro años”.
Nuevas rutas
Como respuesta a la contracción de la demanda, el mercado se ha vuelto más competitivo. Hasta ahora, la oferta estaba muy atomizada, porque había espacio para todos: las firmas especializadas en gestión de flotas (normalmente vinculadas a grupos financieros o aseguradoras), las marcas de automóviles y las entidades financieras. Pero los operadores han comenzado a reaccionar, por distintas vías:
Concentración. “Algunas compañías lo han dejado. Otras han llegado a acuerdos con la competencia para mejorar su eficiencia: por ejemplo, Caixa Renting sigue comercializando su producto, pero su especialidad es la financiación, así que tiene un acuerdo con Arval para que se ocupe de la gestión técnica”, señala García.
Especialización: Según el Libro Blanco del Renting 2011, editado por IE Business School y PricewaterhouseCoopers, es necesario segmentar clientes. “Parte de los operadores se mantendrán como proveedores de un producto muy especializado, dirigido preferentemente a grandes empresas. Su ventaja competitiva será la gestión interna de los servicios. Otros, se concentrarán en productos muy estandarizados, apoyados en una red de distribución capilar que les permita acceder a la pyme (e incluso al profesional autónomo), siendo su ventaja competitiva su potencial comercializador”.
Rumbo al outsourcing
Igual que en el leasing, “el futuro vendrá por la incorporación a la demanda de la pyme”, vaticinan los autores del Libro Blanco, Ricardo Conesa, José Luis Criado-Pérez, Tomás Zumárraga, Ramón Bustillo y Faustino García.
“La clave es el outsourcing. Para atraer a las pymes, hay que pasar de proveedores de vehículos a serlo de servicios, asumiendo la gestión de la flota”, afirma Ricardo Conesa. “El valor del renting es liberar al empresario de la gestión y los riesgos asociados a la flota, para que pueda centrarse en su negocio”, añade.
La principal barrera es el coste de las cuotas, “más altas ahora que hace cuatro años por el alza en el precio del dinero y el descenso del valor residual de los vehículos”, explica Agustín García.
Según la encuesta de AER, “en 2012 el precio sigue siendo el factor determinante y elegir operador (61% vs. 57% 2010), por encima de la amplitud y personalización de los servicios (39% vs. 43% 2010)”.
Sin embargo, “esta tendencia cambia una vez que se es usuario, de cara a la renovación de la flota: el factor servicio se eleva al 81% en importancia y el económico se queda en el 63%”, continúa la encuesta. La razón está en que, “al analizar el coste de movilidad, los clientes ven que los servicios de renting suponen un ahorro del 15% sobre los costes totales del vehículo”, señala García.