Advertisement
28 Mar, 2023

Emprendedores Logo

×

Bajo coste, gran atractivo. Para ACN, el ahorro respecto a la opción de establecerse en una oficina propia es notable. Este aspecto es interesante, especialmente en el inicio de un proyecto, cuando los costes se miran con lupa. “Ofrecemos un servicio de todo incluido y más económico que el tradicional”, señala López.

Empezar a trabajar, visto y no visto. De un día para otro, el cliente tiene a su disposición un despacho –en el caso de que lo alquile– y acceso a muchos servicios. “Algo muy valioso para alguien que, por ejemplo, haya logrado un contrato en un mercado y necesite comenzar a trabajar ahí urgentemente”, señala Pueyo. “Si tuviese que buscar un local y acondicionarlo, seguro que se eternizaba”. En su opinión, esta rapidez resulta “más valiosa, incluso, que el ahorro”.

Un servicio fetén. Estos emplazamientos permiten subir un escalón en la calidad de servicio: “Si uno monta su propia oficina, a la hora de elegir una fotocopiadora, es probable que se decida por un modelo más modesto; aquí, en cambio, tendrá acceso al mejor equipo”, ilustra Moreno.

De calidad también habla Sánchez cuando afirma que un buen centro hará posible ofrecer un nivel en los servicios que, de forma independiente, se tardaría en conseguir varios años. “Al comenzar un proyecto, uno cuida especialmente los costes, lo que le puede llevar a desechar la contratación de, por ejemplo, una secretaria; profesional que aquí tendrá a su disposición desde el primer momento”, aclara.

Buena imagen. Frente a aquellos que emprenden desde casa, un centro proyecta una mejor imagen, incide Pueyo, al apostar por ubicaciones estratégicas.

Flexibilidad y más flexibilidad. El emprendedor contratará los servicios en función de sus necesidades, lo que le da un mayor margen de maniobra. “Nos podemos encontrar con personas que, en un principio, alquilaron un despacho grande pero que, debido a la mala evolución de su negocio, terminan por irse a uno más pequeño”.

Permanencia muy variable. Algunos clientes alquilan salas de reuniones por horas, mientras que otros se establecen de forma permanente. “Al final, un centro cubrirá cualquier contingencia”, concluye Moreno.

Hacer contactos. Diferentes emprendedores, con sus respectivos proyectos, conviven a diario. En ese entorno no es difícil imaginar a los inquilinos intercambiando impresiones. Algo que fomentan desde los propios centros, explica Moreno. “Una vez a la semana se celebran encuentros informales, como un aperitivo o un café, para que los clientes tengan la oportunidad de conocerse. De aquí uno puede extraer ideas interesantes y, quizás, cerrar acuerdos con otros”. Esta es la iniciativa que desarrollan en el centro Melior de Zaragoza, como detalla Pueyo: “El primer viernes de cada mes hacemos un desayuno para que los clientes compartan tiempo y experiencias. El ambiente que se genera es el que ayudará a hacer negocios”.

Documentación necesaria
Si entras en un centro prepara la siguiente documentación: escritura de constitución de tu empresa y poderes de la persona que firma el contrato, NIF, número de cuenta bancaria y pago de fianza (siempre es domiciliado).

Los requisitos se pueden endurecer para evitar la entrada de empresas fantasma, que emplean las direcciones de los centros como pantallas para actividades ilícitas. ACN tiene un acuerdo de intercambio de información con la Agencia Tributaria para evitar este tipo de acciones.