En esta octava entrega, Primitivo Roig, fundador de Clínicas W, conversa con Bernardo Hernández., un emprendedor que es todo un referente en el mundo tecnológico desde todos los prismas posibles: como superjecutivo internacional, como emprendedor de éxito y como inversor avezado. Hoy lidera la fintech Verse con más de dos millones de usuarios, una empresa hecha por españoles que se fusionó con la americana Square en julio de 2020.
Empezó su trayectoria profesional como cofundador de Idealista para luego marcharse a EEUU a ocupar altos puestos directivos internacionales tanto en Google como en Yahoo, pero hace cinco años decidió dejarlo todo y venirse a España para cuidar de su hija. “Necesitaba darle un support system, mi familia, mi hermana, mis amigos, que me ayudasen a cuidar de mi hija. Después de 25 años centrado en mi vida profesional, 16 años en EEUU, sentía que necesitaba centrarme más en la familia. Al final no sólo somos profesionales. Es más, creo que eres mejor profesional cuanto mejor persona eres.”
Vértigo tecnológico
Estar con Bernardo Hernández y no hablar sobre el vertiginoso mundo de la tecnología es prácticamente imposible, por eso no es de extrañar que Primitivo Roig, fundador de Clínicas W, pusiese el foco en cómo afrontar precisamente esos cambios vertiginosos que conlleva la innovación tecnológica. “La primera clave es tener cintura, tener la flexibilidad para adaptarte a los cambios. En segundo lugar, la autopresión para mantener una formación continua. En tercer lugar, se están rompiendo las estructuras parametrizadas de las etiquetas, de los cánones. Es todo mucho más fluido, más cambiante, donde no hay categorización. Si quieres ser relevante tienes que adaptarte a estos cambios”.
“Hace mucha falta que personas que están tan en el mundo de la alta dirección, del plan, de los objetivos, le dé un enfoque holístico de lo que pasa. Estamos muy enfocados en el qué hacemos y cómo lo hacemos y es importante reflexionar sobre el por qué hacemos”, coincidió Roig.
Ambición global
Llegados a este punto, la conversación derivó hacia la idoneidad o no de pensar siempre en global a la hora de afrontar un proyecto. “La gente sueña a lo grande. Está bien tener paradigmas, ejemplos a seguir y pensar en grande. Ahora bien, no todo el mundo tiene que hacer Google, puedes hacer iniciativas muy buenas locales. Pero está bien pensar a lo grande cuando lanzas proyectos y necesitamos más de esto. De hecho, hay muy pocos ejemplos europeos de grandes compañías”.
Ahora bien, esto lo pone en relación con la sostenibilidad, “si no te planteas lo que haces desde la sostenibilidad, tanto desde la gestión del talento como de los recursos, no vas a tener éxito. Hoy lo sostenible no es un añadido, es inherente a cualquier proyecto. Ahora bien, a menudo la sostenibilidad puede ir más allá de cómo hacer las cosas sino de dejar de hacer esas cosas”.
Cómo atraer al talento más adecuado, como gestionarlo para sacarle su máximo potencial y para que repercuta positivamente en el proyecto (“conseguir alineación pero dejando libertad en la ejecución”) o cómo está transformando la tecnología algunos sectores tradicionales, como el bancario gracias a las Fintech, por ejemplo, son algunos de los temas sobre los que giró también la conversación.
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