Otro año más comienza a bombo y platillo la Campaña de la Renta. Bueno, en realidad, lo que comienza es la campaña de presentación de la renta, que es el colofón de la campaña de pago de la renta, que es algo que no tiene principio ni fin, es continuo en el espacio tiempo.
Es ahora cuando nuestros clientes nos preguntan eso de ¿me toca pagar o me devuelven? Y aparecen, entonces, dos tipos de ciudadanos: Los felices, a los que Hacienda les devuelve, y los infelices, a los que les toca pagar.
La verdad es que el sistema está muy bien montado. Porque de manera muy inteligente nos lleva a hacernos esa pregunta. Que no es la correcta. Pero, es que la pregunta correcta eliminaría automáticamente a los ciudadanos felices y convertiría este periodo en un páramo de tristeza, donde los ciudadanos pasarían a ser meros contribuyentes.
Porque la pregunta correcta es: ¿Cuánto he pagado el año pasado? Y claro, a muy pocos les sale cero. Y eso nos pondría tristes. Pero, es que esa es la pregunta correcta.
El concepto es muy simple. Así de primeras, hay que tratar de que el contribuyente pague más impuestos de los que le corresponden y lo antes posible. Por dos motivos: Uno, porque claramente es mejor el dinero en manos de Hacienda que en las del contribuyente, que vete tú a saber qué hace con él. Y, el segundo, porque no sea que se lo gaste y cuando se lo pida, ya no tenga.
De modo que, mes a mes, Hacienda va haciendo hucha con lo que nuestro pagador nos retiene o con lo que nos retenemos en nuestras facturas de autónomos. Y al llegar estas fechas, nos calcula lo que nos corresponde pagar en función de nuestros ingresos. Y es, entonces, cuando si lo que hemos pagado se ha quedado corto, nos sale a pagar, y si nos ha quitado de más, que es lo normal por los motivos expuestos, nos sale a devolver.
Pero esta devolución no debe ser motivo de alegría. Es como si en un partido de final de la Champions tu equipo pierde por un gol y salen todos felices porque podrían haber perdido por 17.
Tampoco de tristeza, porque significa que hemos logrado retener el dinero en nuestro bolsillo algo más de tiempo.
Lo que hay que tener presente es que lo que de verdad hemos pagado de impuestos no es el resultado de la casilla final, sino la suma de dos casillas que se llaman ‘cuota líquida estatal’ y ‘cuota líquida autonómica’. Las encontrarás justo antes del resultado a pagar o a devolver. La suma de ambas es el importe que realmente nos va a suponer el IRPF, lo que de verdad vamos a pagar como Impuesto de la Renta.
En cualquier caso, siempre conviene entender el motivo del pago o devolución, porque podría suponer que no hemos estado haciendo algo bien durante el año. Quizá nos han retenido de más en nuestra nómina o quizá, de menos. O puede que hayamos tenido un ingreso extra. Pueden darse varios motivos. Quizá somos de los que nos gusta tener el dinero en nuestro bolsillo hasta ese momento y preferimos menos retención, o de los manirrotos que preferimos no tener que pagar nada no sea que en ese momento lo hayamos gastado.
Lo que sí es importante es contar con ayuda a la hora de cumplimentar nuestro IRPF. Basta una búsqueda por Internet para ver la cantidad de ingresos que obtiene Hacienda de los contribuyentes que se olvidan de validar datos y buscar deducciones. Que puede ser de un profesional, de un cuñado listo, o de la propia Hacienda, pero siempre es bueno contar con esa ayuda. Y claro, si es con la de Finout, mejor.