Advertisement
08 Jun, 2023

Emprendedores Logo

×

¿Será el metaverso la escuela del futuro?

Sin duda, todo lo que tiene que ver con el futurista imaginario virtual causa sensación, pero ¿será realmente tan revolucionaria esta tecnología inmersiva en el área de la educación? Expertos y expertas en formación nos dan su opinión al respecto.

¿Será el metaverso la escuela del futuro?

El metaverso está de moda, entre otros motivos por las posibilidades que ofrece al mundo educativo: conectar y colaborar con otras personas desde cualquier parte del mundo, aprender con experiencias que imitan escenarios de la vida real o adaptarse a las necesidades específicas de cada estudiante son algunas de ellas.

Esto podría ayudar a democratizar una educación de calidad a nivel global en un futuro, permitiendo que cualquier persona pudiera acceder a cualquier área del conocimiento.

Sin embargo, la mayoría de los y las expertas consultadas coinciden en que familiarizarse con las nuevas tecnologías para el aprendizaje necesitará que pase tiempo. También será importante asegurar la veracidad de los contenidos que se transmitan a través de este medio, así como tomar medidas que garanticen la protección de los datos personales y la seguridad de los usuarios.

PATRICIA DÍAZ PÉREZ

Miembro del departamento de Marketing en Start UC3M

¿Será el metaverso la escuela del futuro?

El metaverso tiene el potencial de revolucionar la educación como la conocemos hoy en día, ofreciendo una experiencia completamente inmersiva.

Las posibilidades de interactuar con la información van más allá de las que puede ofrecer un aula convencional o las clases en línea. Los estudiantes pueden conectar con otros en su campo, siendo esto especialmente valioso para aquellos que son autodidactas. Existe la posibilidad de participar en experiencias que imitan escenarios de la vida real, proporcionando un enfoque más práctico y altamente efectivo para desarrollar habilidades.

Sin embargo, aunque el potencial para la educación en el metaverso ciertamente está ahí, tomará algún tiempo darse cuenta de cómo se puede aprovechar. En un entorno de educación tradicional, incluso las clases en línea se han convertido en todo un reto que aún no es adaptado por todos, por lo que llevará tiempo para que los educadores y los estudiantes se familiaricen y se sientan cómodos usando esta nueva tecnología para el aprendizaje.

MIGUEL ÁNGEL BLANCO CEDRÚN

CEO y decano de Spain Business School.

¿Será el metaverso la escuela del futuro?

La educación no es ningún juego, aunque es cierto que muchos juegos ayudan a educar y a aprender. 

El metaverso tampoco es un juego, pero permite adentrarse en ciertas historias y lugares como si de una película se tratara y, en el campo de la educación, aprender experimentando es una opción muy saludable. Eso sí, la investigación y la neutralidad son necesarias para que el conocimiento se transmita de manera veraz, por lo que es importante que no todo lo que circule por el metaverso sea considerado como cierto.

Además, hay que tener en cuenta la brecha tecnológica que existe, no solo entre países, sino entre estamentos sociales de una misma nación. Cualquier avance es positivo, incluido el del extender las redes de contactos a nivel universal gracias a la formación, pero siempre en su justa medida, así que metaverso sí, pero como complemento a otros sistemas de aprendizaje. No nos fijemos solo en el diseño, sino también en el conocimiento de los expertos que generen las escenas del metaverso. 

SILVIA PRIETO

Directora de Innovación en la Universidad UDIMA

Udima

El metaverso se nos presenta como un escenario de aprendizaje cada vez más popular gracias a la amplia gama de oportunidades de aprendizaje que ofrece: experiencial (mediante la inmersión en realidades difícilmente alcanzables en el entorno real), colaborativo (ya que los estudiantes pueden trabajar, comunicarse y colaborar en tiempo real, independientemente de su ubicación física) y personalizado (a través de experiencias de aprendizaje adaptadas a las necesidades y habilidades individuales de cada discente).

No obstante, no podemos olvidar los desafíos que deben abordarse para aprovechar al máximo su potencial educativo. Por un lado, los entornos virtuales deben diseñarse y desarrollarse de una manera adecuada para garantizar una experiencia educativa efectiva. Esto incluye la necesidad de considerar la usabilidad, la accesibilidad y la inclusión. Además, es importante tomar medidas que garanticen la protección de los datos personales y la seguridad de los usuarios. Por último, es necesario llegar a un consenso sobre cómo medir el éxito educativo en este nuevo entorno.

 

LEIRE NUERE SALGADO

Directora de la Unidad Online y del Instituto de Innovación en el Aprendizaje de la Universidad Francisco de Vitoria

Universidad Francisco Vitoria logo

Leire Nuere Salgado, Directora de la Unidad Online y del Instituto de Innovación en el Aprendizaje de la Universidad Francisco de Vitoria.

En pleno apogeo de la inteligencia artificial, concretamente de Chat-GPT y otros programas generativos, parece que el metaverso ha sido esa nueva burbuja que se ha desinflado, como les ha sucedido a tantas otras tecnologías en el pasado. Meta (principal precursor como indica su cambio de denominación), Disney y Microsoft se bajan del barco. Más que por haber dejado de creer en ese nuevo espacio virtual, se debe a que su apuesta, y sus recursos, vira totalmente a la inteligencia artificial, que ha llegado a ese punto de máxima viralidad y gran impacto en toda la sociedad. 

El metaverso se encuentra, según opinamos algunos, aún lejos de alcanzar ese punto. De inteligencia artificial se viene hablando hace mucho tiempo, pero ha sido en el verano de 2022 cuando es difícil encontrar a alguien que no haya oído hablar de esta tecnología. Al metaverso le queda todavía un tiempo de escuchar que está ahí y que llegará, pero no parece que será muy inmediato. Metaversos como Decentraland, The Sandbox, Somnium Space, entre otros, están en fase de prospección. Esto abre una oportunidad al emprendimiento, más ahora que los “gigantes” han dejado de poner sus recursos en este ámbito. Es un magnífico momento para generar experiencias inmersivas resolviendo problemas o atendiendo a necesidades concretas, hallando nichos y ganando expertise. Para que cuando los grandes jugadores regresen se encuentren parte del mercado ya ocupado o, incluso, encuentren interesante no generar todo desde el principio y realicen desde adquisiciones a joint ventures o inviertan con capital en start-ups y emprendedores que controlan el entorno. 

Y eso sucederá antes que después, sobre todo en el momento que los dispositivos sean más manejables y accesibles en coste, los entornos (y, sobre todo, las personas, ahora en modo “avatares”) más reales aún y se mitiguen efectos secundarios como mareos o vértigos, entre otros. 

Entretanto, la realidad virtual, que junto a la realidad aumentada, Internet y otras tecnologías emergentes constituye la base tecnológica del metaverso, sí está propiciando un claro avance en el aprendizaje.

Esto sucede en el presencial para realizar simulaciones (una autopsia en medicina, un experimento en un laboratorio de biomedicina, o un juicio en derecho), experiencias inmersivas que permitan comprender mejor cuestiones complejas porque se “ven” (ver por dentro una molécula en farmacia, vivir el trazo de la obra de un artista en Bellas Artes); en la modalidad híbrida (phygital con experiencias de cata de bombones con realidad virtual para enfatizar los sabores, como hizo el Can Roca en el Mobile World Congress y que también ayuda a los estudiantes del grado en gastronomía o nutrición, por ejemplo, en su comprensión de los alimentos y materias primas que utilizan); como en la modalidad 100% virtual, permitiendo que estudiantes de cualquier parte del mundo se encuentren en un mismo espacio que facilita que vivan la misma experiencia de aprendizaje. 

Son múltiples los campos en los que debe emprenderse nuevas experiencias de aprendizaje. El cambio de foco del metaverso a la inteligencia artificial no es más que una gran oportunidad para los más audaces.