Captar la atención del usuario de internet y agradarle. Es el gran reto y requisito casi imprescindible para que tu negocio funcione en la red. Con un consumidor cada vez más digitalizado e informado, ofrecer una interfaz accesible, de uso fácil y adecuada a sus necesidades se ha convertido en un trabajo por el que tendrá que apostar toda empresa que quiera funcionar en el mundo digital.
Un informe de Think With Google a rma que en el 53% de las ocasiones, los usuarios de móviles se irán de una página web que tarde más de 3 segundos en cargar. ¡Tres segundos! Y este es solo un ejemplo de algunas de las exigentes demandas del usuario virtual.
CHEMA LAMIRÁN
Director del Máster en Marketing Digital y Big Data de la Universidad Europea de Valencia
“Transformación Digital” es uno de los términos estrella de los dos últimos años. Un concepto con una importancia creciente que, con esta maldita, aunque “dinamizadora” pandemia, ha servido para que todas las empresas fueran conscientes de una realidad que acometer, si no lo han hecho ya, sin más demora.
Pero hay otro término, inherente a este de la transformación, que no escuchamos con igual intensidad y que cobra la misma importancia, la Experiencia de Usuario (User eXperience). La UX son todos los factores que influyen en la interacción del usuario con la marca a través de sus canales digitales. Si acometemos un proceso de digitalización en nuestra empresa pero nos olvidamos de acciones como la comunicación constante y homogénea, la omnicanalidad, la adaptación a todos los dispositivos o todas las acciones de posicionamiento orgánico para nuestra web, no valdrá de nada el esfuerzo y la inversión realizada. Digitalización si, pero pensando siempre en nuestro usuario. La credibilidad y la confianza no se ganan con una web, sino siendo coherente en todas las acciones.
DANIEL ALONSO MARTÍNEZ
Profesor de la Facultad de Tecnología y ciencia de la UCJC
Desde la aparición de los computadores comerciales, no ha pasado una década en la que no haya
habido una revolución relacionada con estos dispositivos. En menos de un siglo el ordenador ha
pasado de ocupar una habitación completa y requerir ingenieros especializados a caber en la palma
de una mano y permitir que cualquiera acceda a sus funciones.
Esta revolución ha sido en parte posible gracias a campos como el Diseño de Interfaces y el Diseño
de Experiencia e Usuario (User Experience, o UX), que abstraen los aspectos más técnicos del
funcionamiento de un computador y los adaptan a patrones de acción simplificados adecuados a las
expectativas del Usuario, aumentando la accesibilidad y la productividad.
Un correcto diseño de UX mejora la fluidez de trabajo y la satisfacción general del Usuario con la
herramienta. Por ello, la inversión en UX puede suponer el éxito o el fracaso de una aplicación,
independientemente del valor tecnológico de la misma, y precisamente por eso resulta un elemento
esencial a tener en cuenta para el ámbito empresarial en un entorno cada vez más digitalizado.
HENAR VEGA
Senior UX Designer freelance y Directora del Máster de UX de KSchool
Hoy en día no vamos a comer a un restaurante, vamos a tener una experiencia gastronómica. Ya no compramos un teléfono, llevamos nuestra oficina, nuestro banco y a nuestros amigos en el bolsillo.
El diseño de experiencia de usuario busca, no sólo cubrir las necesidades de los usuarios, sino hacerlo de forma que aporte un valor tan significativo para las personas, que el producto o servicio pase a formar parte de su día a día.
El valor, la diferenciación y la personalización que nos ofrece el diseño de experiencia de usuario es vital en un momento en el que el usuario tiene más información y está más empoderado que nunca. Se busca atraer y convencer a nuestro potencial cliente con productos que cubran sus necesidades de forma útil, confiable y agradable. Se busca crear una relación sólida a largo plazo, de forma que esta fidelidad y compromiso pueda atraer a nuevos clientes gracias a su recomendación.
Sin embargo, aún hay empresas que ven la inversión en un buen proceso de diseño como un gasto que no se pueden permitir. Pero, ¿se pueden permitir perderlos? Seguro que no.
BETHLEM BORONAT
Directora del Máster de Innovation & Customer Experience de EAE Business School
En un mundo competitivo y cambiante, las empresas necesitan conectar de forma personal con los clientes. Es fácil cambiar de producto si nos resulta difícil de usar o sentimos que no entiende nuestras necesidades. Las empresas necesitan reorientar el de producto a usuario/cliente. Es decir, iniciar el proceso a través de un camino de conocimiento de quién va a ser su contraparte, de sus necesidades, su capacidad y sus aspiraciones.
La experiencia de usuario (UX) y la experiencia de cliente (CX) ayudan a orientar las estrategias centradas en el humano. A través del UX entendemos cómo son los comportamientos de nuestro cliente cuando interacciona con nuestro producto y así mejorar su comodidad de uso e integrar a aquellos usuarios menos capacitados, contribuyendo a crear iniciativas inclusivas. El Customer Experience, por su parte, nos ayuda a romper la barrera entre compañía y cliente, trasladando la relación a la vida real, a las interacciones que, a través de un buen diseño, puede ser únicas, personales y emocionantes, reforzando la fidelidad de nuestro cliente.
PASCUAL PARADA
Director Académico y de Innovación en IEBS
Los productos que más nos influyen en nuestra actividad diaria son digitales, al hacernos la vida más cómoda resolviendo pequeños y grandes problemas, y lo hacen de forma eficiente, fácil, atractiva e incluso divertida. Para conseguir este nivel, detrás de cada producto digital hay un UX Designer: el profesional encargado de crear experiencias únicas para que el producto forme parte de la vida del cliente.
Este es precisamente el objetivo de la experiencia de usuario, adaptar un producto digital a la actividad diaria del usuario siendo lo más transparente posible. Alcanzado el objetivo de la transparencia tecnológica, el valor detrás de la experiencia de usuario será entonces la fidelización.
Pero ¿Por qué conformarnos tan sólo con la fidelización? Una experiencia de usuario bien conceptualizada puede incluso activar alguna de nuestras emociones, como la sorpresa o la curiosidad y, de ser así, generar un recuerdo agradable en el usuario logrando una experiencia memorable. De ser así, el valor ya no será sólo la fidelización, sino también la viralización. ¿Crees ahora en su importancia?
JUAN ANTONIO BERTOLÍN OLMOS
Director de Espaitec, Parc Cientí c i Tecnològic de la Universitat Jaume I
El diseño de la interfaz gráfica de nuestras aplicaciones (UX), es decir cómo un usuario o usuaria interactuará con nuestros productos digitales, es crítico para facilitar el mayor aprovechamiento de las capacidades y características de los mismos. Para tener éxito en la implementación de este proceso o bien se dispone de un equipo especializado capaz de conocer las necesidades de todos los potenciales usuarios de su aplicativo, o apoyarse en mecanismos de co-creación involucrando, desde el momento cero, al usuario final con perfiles de comportamiento diversos.
Este mecanismo se conoce con el nombre de living-lab, y permite incorporar en las etapas de diseño, implementación y prueba dentro de un entorno real, no controlado, al verdadero usuario frente a situaciones cotidianas que permitirán fortalecer el producto digital con sus aportaciones y aumentando las probabilidades de éxito en su lanzamiento al mercado.