“La compañía ha mantenido reuniones conjuntas e individuales diarias con todos los gerentes de nuestras oficinas, con el objetivo de identificar las principales cuestiones en las que aportar soluciones”, explica Toni Expósito, CEO de Comprarcasa, al hablar de las actuaciones que ha implementando la compañía en el actual escenario de incertidumbre sanitaria y económica. “Estas ayudas se han traducido en acciones como la ampliación del catálogo de cursos de formación, la intensificación de los cursos online de SIRA/CRS (el catálogo procedente de la asociación norteamericana de agentes inmobiliarios), la ampliación de accesos a las plataformas de firma digital de la compañía o los ajustes necesarios en los planes de marketing y en las campañas de publicidad”.
Pero al margen de las cuestiones expuestas, y a partir de cerca de 500 horas de debate, la franquicia ha identificado 10 hábitos que el coronavirus cambiará, y quizá para bien, en el sector inmobiliario, un informe que arroja las siguientes conclusiones.
- Hay motivos para la alarma, pero esta crisis no se parece en nada a la del 2008. Si en la pasada crisis, el ladrillo fue la mecha que encendió la crisis económica, en este caso es uno más de los afectados. Además, el hecho de tener esta experiencia tan reciente, ha llevado a los bancos centrales y al BCE (Banco Central Europeo) a saber cómo actuar ante la incertidumbre, y ya se empiezan a oír ciertas ideas para suavizar los efectos de esta coyuntura mundial.
- Caída de los precios y empoderamiento del comprador. Esta crisis obligará a muchos a rebajar los precios de sus viviendas y adaptarlos a las nuevas circunstancias. Se habla de caídas del 10% al 15%. Quizá aún es pronto para hablar de porcentajes, pues esto variará en función de la profundidad y duración de esta crisis, pero está claro que nos enfrentamos a meses donde el comprador volverá a tener la palabra.
- La experiencia nos anima a esperar que pasen los momentos más críticos. Situaciones similares ya vividas han demostrado que, pasados los momentos más críticos, la recuperación de este sector siempre es muy intensa, incluso superior a la esperada. “La extrema volatilidad vista en los mercados financieros, y los bajos tipos de interés, nos llevan a creer que el segmento inmobiliario continuará consolidado como un destino interesante para la inversión”, afirma Expósito.
- Explosión de las herramientas tecnológicas. Este periodo de confinamiento ayudará a dar el salto tecnológico que necesita el sector. Muchos profesionales inmobiliarios están aprovechando este parón para formarse, actualizar sus herramientas, estrechar relaciones con los clientes gracias a la tecnología… “En Comprarcasa hemos incrementado el Plan de Marketing dirigido a informar a nuestros clientes, que pueden continuar con la compra de su vivienda sin necesidad de salir de casa, seleccionando y visitando su casa ideal a través de nuestra web o dejando que nuestros agentes lo hagan por ellos, con tours virtuales, fotos o 3D, o incluso firmando las arras o señal de forma telemática, de modo que solo sea necesario acudir al notario una vez concluya el confinamiento”.
- Muchas viviendas destinadas al alquiler vacacional cambiarán de uso. Ante los serios efectos que todo indica sufrirá el turismo en nuestro país a lo largo de este año, es de esperar que muchas de estas viviendas migren al alquiler tradicional o al alquiler por temporadas. “Este fenómeno generará un importante incremento de la oferta y un natural ajuste en los precios”.
- Bajadas de tipos de interés sin precedentes. La crisis de la COVID-19 retrasará hasta 2023 la subida del euríbor a tasas positivas, prevista para 2022. Esto significa que el índice de referencia al que están vinculadas la mayoría de las hipotecas no volverá a cifras positivas hasta dentro de tres años. “Este abaratamiento de las hipotecas, y la caída de los mercados financieros, nos llevan a pensar que el sector inmobiliario continuará siendo de los activos más interesantes para los inversores, y que el impacto en el segmento medio y alto del mercado inmobiliario no durará mucho”.
- La obra nueva, posiblemente la más damnificada. Aquellas constructoras que tenían sus obras –y las ventas– avanzadas, verán retrasarse sus entregas e incluso podrían verse afectadas por cómo afecta el paro a sus compradores. Pero, aquellas que pueden verse más perjudicadas son aquellas que estaban comercializando sobre planos y que pueden sufrir más cancelaciones e incluso que el proceso de construcción se vea truncado.
- La gestión profesional del alquiler continuará creciendo. El paquete de medidas aprobado por el gobierno –que distingue entre grandes y pequeños propietarios– será sin duda alguna de gran ayuda para los inquilinos en situación de vulnerabilidad. Por su parte, también las grandes tenedores han aportado facilidades a sus inquilinos en estos momentos. Este hecho nos lleva a pensar que la gestión profesional de los activos permite una respuesta más eficiente que la de los propietarios particulares, y que esta tendencia se consolidará aún más después de esta crisis.
- Surge la necesidad de repensar la arquitectura de las viviendas y el urbanismo. Es muy probable que las huellas que nos dejen estas semanas de confinamiento, con el fenómeno surgido de “Los balcones” y de la convivencia vecinal, etc, provoque una profunda reflexión en torno a las viviendas que se construyan en el futuro muy cercano.
- Solo sobrevivirán los mejores. El inmobiliario, como el resto de sectores, se consolida como una actividad muy profesionalizada y en la que solo pervivirán los mejores. La tecnología con la que cuenten los agentes inmobiliarios, así como la formación continua, las operaciones en red, los servicios complementarios, las herramientas financieras y la fortaleza de su marca, marcarán la diferencia entre sobrevivir o no.