Emprendemos un viaje fugaz al pasado reciente de la franquicia en España, para hablar de aquellas actividades que marcaron una época, crecieron y protagonizaron los titulares, para, a continuación, ocupar un segundo plano.
Un fenómeno éste bastante habitual en el mercado, al que hay que permanecer atentos, ya que, tras ese proceso de ‘depuración’ y selección natural, emergen conceptos sólidos y –lo más importante- sostenibles en el tiempo.
Empezamos el trayecto –nostálgico por momentos- con la fotodepilación, que protagonizó uno de los crecimientos más fulgurantes en la historia reciente de la franquicia, con marcas especializadas en este servicio. Hoy, la actividad se ha integrado como una línea de negocio más en la oferta de cadenas que apuestan por la salud-belleza integral. Este episodio ilustra cómo resulta muy difícil que un concepto sustentado en un único servicio sea rentable en el tiempo.
Al calor de la bonanza económica –“y de sentencias como el “precio de la vivienda nunca baja”- explosionaron los servicios de intermediación inmobiliaria, que acogieron redes que llegaron a superar el millar de unidades. La crisis trajo la desaparición de numerosas cadenas, el encogimiento de otras y la estampida de operadores internacionales. Hoy el sector –que siempre será parte importante de la economía- recupera el pulso, con marcas que abogan por planes de expansión contenidos, por reforzar sus estructuras y por aportar valor añadido al cliente.
En paralelo a la “economía de Champions” también emergieron las enseñas de intermediación financiera. Éstas vivieron tal nivel de desarrollo frenético, que uno de los actores nacionales referente del momento llegó a alcanzar un preacuerdo de colaboración –no se materializó- con General Motors, para explotar en España la división inmobiliaria del gigante estadounidense. El mercado en la actualidad alberga conceptos interesantes, que ya no apuestan por la intermediación sino por prestar directamente el dinero, con una estrategia basada en la proximidad al cliente y una expansión controlada.
En la última década también observamos cómo las tiendas de complementos de telefonía protagonizaron un primer intento de asaltar un mercado aún no preparado para asimilar su oferta (una de las marcas incluía en su nombre el término ‘Futura’, con lo que quizás ya auguraba que se había anticipado a las necesidades reales del público). Hoy telefonía-telecomunicaciones es una de las “estrellas” de la franquicia, con lo que se demuestra que, en ocasiones, un proyecto puede fracasar por no analizar lo suficiente su mercado objetivo.
Otros sectores con la etiqueta de emergentes en su momento fueron los arreglos de ropa, las tiendas de fotografía, las camiserías a medida, las cadenas de informática (el segmento ha evolucionado hacia la concentración y lo protagonizan enseñas con redes sólidas) o, más recientemente, los cigarrillos electrónicos, que, por cuestiones legislativas, vieron frenada su expansión.
Llegamos al final de un viaje que nos sirve para presentarte nuestro Especial Franquicias Emergentes, que acabamos de publicar en el número de noviembre de la Revista Emprendedores y que iremos desgranando aquí … así que muy atento si quieres descubrir oportunidades rentables y con proyección.