Churros Factory es una empresa 100% extremeña fundada por cuatro jóvenes emprendedores.
“Muy al principio hubo alguna que otra persona que nos comentó acerca de si íbamos a franquiciar o no, pero no lo tuvimos demasiado en cuenta en ese momento; primero queríamos consolidar nuestro negocio”, –comenta Kike, socio y cofundador de la marca–. “Sin embargo, de unos meses hasta ahora, hemos recibido una diversidad de nuevas solicitudes y, con la churrería yendo ‘viento en popa’ nos hemos embarcado en este proyecto”.
“También recibimos clientes para almorzar, tomar un aperitivo e incluso cenar”, apunta Kike, invitándonos a conocer más de cerca la carta: una extensa selección de tostas, bollería, cafés y tés, zumos, smoothies y, como no, churros salados, una de las especialidades de la casa, rellenos de jamón ibérico, patatera o queso de torta.
Churros Factory ha sabido dar un giro a un concepto de negocio tradicional, sin dejar de querer ser la churrería del barrio; el lugar al que cualquier persona se acerca a disfrutar a cualquier hora de uno de los productos más queridos en España. Un punto de encuentro donde relajarse y disfrutar solo o acompañado de familia, amigos, pareja o compañeros del trabajo.