Fondo de maniobra. Ver apoyo en la segunda página sobre el cuadro de tesorería.
Alquiler del local. La periodicidad de este pago suele variar. Puede ser mensual, trimestral o anual.
Personal. Si necesitas tener empleados, esta partida –junto con la obra civil– es una de las más altas. Incluye sueldos y seguros sociales.
Gastos de autónomo. Aquí se incluyen tres partidas. Una es tu sueldo como autónomo. Otra, los costes relativos a toda la gestión administrativa obligatoria que debes realizar al tener esa personalidad jurídica. Y la tercera, el IVA trimestral.
Seguros. Todas las coberturas de responsabilidad civil relacionadas con la actividad de tu negocio.
Royalty de explotación o canon de mantenimiento. Es un pago periódico que debe hacer el franquiciado al franquiciador. “Entendido de una forma amplia, son los ingresos periódicos que obtiene el franquiciador por la gestión de su red de franquicias. Generalmente, suele estar vinculado a un porcentaje sobre las ventas netas sin IVA“, apunta Barbadillo. Aunque las modalidades suelen ser tantas como enseñas hay en el mercado. Hay franquicias que cobran una cantidad fija periódica (mensual, trimestral…), que se actualiza en base al IPC; otras, una cantidad variable dependiendo de las ventas; otras pueden cobrar un variable según la compras; otras, una cantidad o porcentaje según el número de máquinas específicas (gimnasios) o por el número de alumnos (formación), etc.
Canon de publicidad. No es un ingreso para la central sino un pago que hace el franquiciado para generar un fondo de márketing que cubra las campañas de publicidad que beneficien a toda la red. Las modalidades son variadas: una cantidad fija, variable, un porcentaje, etc., sobre ventas, sobre compras, etc.
Otros cánones. “Ligados a servicios concretos que presta la central. Por ejemplo, gestiones administrativas, informáticas, por uso de infraestructuras…”, aclara Sevillano.
Stock permanente. Es el coste de los productos necesarios para que la actividad se mantenga.
Suministros varios. En este apartado se incluyen los materiales (no productos) que tengan que reponerse una vez que el negocio se ha iniciado: menaje, uniformes, decoración, etc.
Mantenimiento. Gastos de electricidad, gas, agua, telecomunicaciones, gasolina, etc.
Formación. La cubre el franquiciador a través del canon de entrada. Pero no así, los gastos de desplazamiento y/o alojamiento del franquiciado (y su personal) a la central para recibir tal formación.
Asistencia a convenciones. Al igual que en el punto anterior, el franquiciado cubre los gastos de desplazamiento y/o alojamiento.
Sellos de calidad. Suelen formar parte del know how que el franquiciado recibe a través del canon de entrada. En principio, éste tendrá que hacer frente a los costes de consultoría y auditoría necesarios para su implantación.