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07 Jun, 2023

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“Priorizamos la calidad a todos los niveles, sin perder de vista que debemos ser una excelente alternativa de inversión”

Ramiro Alejandro Yane, fundador y CEO de Inpylus, nos da las claves para crecer en el pujante mercado de la cirugía capilar y los tratamientos médicos capilares.

Ramiro Alejandro Yane, fundador y CEO de Inpylus

“España es el segundo país del mundo en índice de alopecia”. Ramiro Alejandro Yane, fundador y CEO de Inpylus, aporta este dato para ilustrar la proyección del segmento de la cirugía capilar y tratamientos médicos capilares. “Parece claro que los tratamientos médicos, y en concreto los quirúrgicos, para solucionar este problema, tienen un potencial de desarrollo inimaginable, con una composición del mercado objetivo que no distingue ni sexo ni edad”.

Esbozado el escenario donde desarrollan su actividad, Yane relata los orígenes más remotos de una marca que se ha hecho un espacio propio en este pujante mercado.

Nos situamos en el año 2010, cuando nuestro protagonista vivía en Barcelona. “Tras haber realizado un Máster de Bioplastia en Brasil, la idea era abrir mi primera clínica de medicina estética, especialidad a la que me dedicaba con anterioridad a la tricología. Sin embargo, debido a la crisis económica en la que se encontraba España en dicho año, era complicado encontrar apoyo financiero”. Un día, mientras conversaba con un colega de profesión y amigo, éste le habló del mundo del trasplante capilar, “entonces muy poco desarrollado en nuestro país”, recuerda Yane. “Él me convenció para trasladarme a Georgia y allí formarme con el Dr. Akaki Tsilosani, uno de los mejores especialistas en el mundo en técnica FUE, a quien hoy considero mi mentor y un gran amigo”.

Todo este proceso culminó en el 2012, cuando inauguró su propia clínica bajo la marca Dr. Yane. “Posteriormente, surgió Inpylus, de mi firme compromiso de crear una red a escala nacional y de brindar soluciones de calidad, así como garantías de profesionalidad dentro del mundo de la restauración capilar. Tras el éxito fulgurante de nuestra primera clínica, abierta en Murcia en el 2019, decidimos que había llegado el momento de expandirnos y que la forma más eficaz para ello era mediante la franquicia, ya que esta forma de negocio se caracteriza por la rapidez de crecimiento, la reducción de riesgo comercial y financiero, así como una mayor involucración en el negocio por parte del franquiciador”.

Profundicemos a continuación en la realidad de un proyecto que ahora busca impulsar su expansión en cadena:

EMPRENDEDORES: ¿Qué balance realizan desde la compañía de su evolución a lo largo de la crisis del coronavirus?
RAMIRO ALEJANDRO YANE:
Si bien la crisis ha afectado a todos los sectores, actualmente hemos observado un gran aumento en el número de personas que se ha interesado por su salud capilar y que tiene ganas de sentirse bien con ellos mismos a nivel estético. Entendemos que este fenómeno es una forma de desahogo por toda la represión y el estrés vivido.

EMP.: Qué perspectivas tienen de aquí a finales del 2021, ¿cuáles son sus planes de crecimiento en el corto y medio plazo?
R.A.Y.:
Nuestro plan a corto plazo es crecer de manera exponencial. A partir de aquí, en 2021 inauguraremos dos centros médicos capilares en Murcia y Cartagena. Éstos forman una pequeña red que abastece y genera un feedback con nuestras clínicas capilares, al actuar como una red de captación de los clientes pacientes futuros que van a ser intervenidos. La idea sería tener un máximo de dos o tres centros capilares por clínica. En paralelo, también abriremos este año una segunda clínica, de 400 metros cuadrados, sin olvidar que seguiremos con nuestros programas de formación de médicos extranjeros bajo mi tutela.

Ya a medio plazo, el objetivo es expandirnos a Valencia y Madrid, con sus centros médicos respectivos.

EMP.: ¿En qué se diferencia Inpylus de la competencia?
R.A.Y.:
Si bien hablamos de una actividad determinada por su condición de “tratamiento relacionado con la salud”, que presenta una clara vertiente estética y médica, también lo es que, en términos de actividad empresarial, se trata de un negocio donde, sin perder de vista los aspectos esenciales relacionados con la salud y bienestar de los pacientes, el primer objetivo de cualquier intervención implica un aspecto económico.

Relacionado con lo anterior, cualquier actividad humana que exija un intercambio de servicios por un precio pactado, conlleva un planteamiento económico que pone en relación la inversión inicial necesaria en medios e instalaciones con las expectativas de rentabilidad de los servicios que se ofrecen.

Nuestras clínicas tienen muy en cuenta ambos aspectos de su actividad, priorizando la calidad de sus servicios y los resultados y satisfacción de sus pacientes, pero sin perder de vista que debe ser en paralelo una excelente alternativa de inversión para aquellos emprendedores que deseen asegurarse un futuro satisfactorio, tanto en su actividad de servicio a otros como a las muy rentables expectativas económicas de la gestión. Asimismo, los centros despliegan una oferta de tratamientos de máxima calidad, basada en las mejores prácticas del sector, con una experiencia y casos de éxito que redundarán en beneficio directo de nuestros franquiciados.

No finalizan aquí las diferencias competitivas de nuestro concepto. También destacaría aspectos como un sistema informático de gestión adaptado al 100% a la gestión de la clínica o un modelo de alta rentabilidad que permitiría la recuperación de la inversión en un periodo inferior a tres años.

EMP: ¿Qué servicios marcarán tendencia dentro del mercado en el futuro inmediato?
R.A.Y.:
La tendencia en el futuro será considerar la alopecia como un problema de salud y no sólo como una cuestión estética. En línea con esta detección temprana, podremos diagnosticarla y tratarla con éxito de un modo precoz, con lo que aumentaremos las posibilidades de éxito de los tratamientos y postergaremos la necesidad de una cirugía a edades más tardías.

En cuanto a la cirugía, la tendencia será la búsqueda de la naturalidad y de la armonía, así como una minimización de los efectos del trauma quirúrgico, traduciendo esto en la simplificación del periodo postoperatorio.

EMP.: En qué parcelas han reforzado con especial intensidad el apoyo que prestaron a sus franquiciados desde la central durante la pandemia.
R.A.Y:
Inpylus ofrece y ha reforzado el soporte integral en todas las áreas implicadas tanto en la planificación previa para la puesta en marcha como en el desarrollo continuo de la actividad. Además, durante toda la curva de actividad el franquiciado dispondrá de un apoyo por parte de la central en ámbitos como la formación, planes comerciales, marketing. comunicación…

EMP.: ¿Qué perfil de franquiciado buscan?
R.A.Y.
: Contemplamos dos perfiles. Por un lado, el franquiciado técnico/gestor, que requiere un doctor titulado y con un máster en Medicina Estética, con clara vocación para el desempeño de la actividad. En este caso, él mismo y el personal técnico adicional serán formados y entrenados en la clínica central de inpylus.

El franquiciado inversor, en contraposición al franquiciado técnico/gestor, no posee los conocimientos técnicos para asumir la operativa médica del negocio. A partir de aquí, deberá contratar a las personas adecuadas que, cumpliendo con el perfil técnico determinado por la compañía, recibirán la formación precisa.

EMP.: ¿Tienen previsto lanzar alguna novedad, en cuanto a servicio o herramienta tecnológica, en el corto y medio plazo?
R.A.Y.:
Nuestro desafío actual en este campo se dirige a dos líneas de estudio. En primer lugar, la personalización de tratamientos tanto farmacológicos, mediante los tests genéticos, como los procedimientos, adaptándolos al problema concreto del paciente y a la etapa de la vida en la que se encuentra. En relación con este último punto, subrayar el interés de la mujer por su salud capilar, algo que hasta ahora había sido un tabú, y la adaptación de los tratamientos a etapas tan importantes como el posparto, la menopausia y la posmenopausia.

La segunda línea sería la incorporación de tratamientos menos invasivos, menos dolorosos y más cómodos para los pacientes, como el láser, ya sea como un coadyuvante de los tratamientos o como opción a otros tratamientos convencionales. Y siempre a partir de protocolos basados en la evidencia científica.