Un claro ejemplo lo tenemos en el alquiler de trasteros, como nos recordaba Iván Maldonado, CEO de Necesito un trastero, en una entrevista reciente, al hablar de los orígenes del proyecto, hace unos seis años. “Realizamos un estudio de mercado y detectamos que no existía ninguna marca de dimensión nacional dentro del sector. Lo único que había era centros enormes, en plazas como Madrid, Barcelona y Sevilla. A partir de ahí, estoy convencido que de aquí a cinco-diez años todas las ciudades de más de 20.000 habitantes van a tener una o dos empresas de trasteros funcionando. Ahora hablamos de que aún hay ciudades enteras como Cáceres, Badajoz, Ourense o Lugo, sin competencia y que superan por bastante esa población”.
Con presencia en cinco países europeos y una facturación de 58 millones de euros, la francesa Homebox, mientras, prevé cerrar 2019 con 2 centros propios y 14 franquicias en nuestro país, con lo que casi duplicaría los 15.000 metros cuadrados que destina hoy al self-storage. Maite Pacheco, country manager de la marca para España y Portugal, aporta otra cifra. “La indiscutible evolución de nuestros hábitos de vida y consumo, y comparando cifras de otros mercados como Estados Unidos, 10 veces mayor, la previsión en España es de 1 local por cada 100.000 habitantes de aquí a 15 años”.
La Asociación Española de Self Storage (AESS), en su Informe Anual Datos Sector 2019, confirma el buen momento de un segmento que en enero de este año aglutinaba 475 centros, frente a los 404 de febrero del 2018. En tres años, de 2016 a 2019, el número de establecimientos ha crecido el 60% aproximadamente con 200 nuevas unidades, hasta alcanzar las 247. Lo interesante es su elevada atomización, de modo que 183 operadores cuentan con un único espacio, mientras que sólo cuatro marcan poseen más de 10 centros. En este escenario, el recorrido para las franquicias es evidente.
La oficina ¿ha muerto?
El titular quizás sea exagerado, pero es un hecho que las oficinas convencionales ceden terreno a los espacios de coworking y similares. Como dato a subrayar, el estudio Espacios flexibles en España, de la consultoría inmobiliaria Cushman & Wakefield, señalaba cómo en los nueve primeros meses del ejercicio anterior, en Madrid y Barcelona, se contrataron 26.800 y 29.100 metros cuadrados, respectivamente, de espacios flexibles de trabajo. En conjunto, ambas ciudades sumaron 55.900 metros cuadrados, un crecimiento del 71,5% respecto al mismo periodo del ejercicio precedente.
Pero el fenómeno no sólo ha seducido a las grandes capitales. En plazas medianas y pequeñas también se multiplican este tipo de centros, en ocasiones con propuestas audaces donde se desarrollan espacios híbridos que integran un centro de trabajo y una zona de restauración. En este sentido, las sinergias entre el coworking y la hostelería serán unas de las generadoras de oportunidades aquí, sin olvidar que tiendas, librerías y negocios similares también podrían optimizar sus locales con alianzas en esta dirección.
Uno de los referentes en este mercado es IWG, un grupo internacional con varias marcas que en nuestro país, por ejemplo, despliega 58 centros de su enseña Regus, en ciudades como Madrid, Barcelona, Toledo, Sevilla y Málaga.
Gestión de miniespacios
Empiezan a proliferar marcas que instalan espacios con taquillas, orientados sobre todo a aquellos turistas que quieren dejar sus maletas en algún lado. Pero una vez exploramos el mercado y nos topamos con proyectos como el de la belga Mobile Locker, comprobamos que este sistema de taquillas se puede extender a festivales de música, estaciones de esquí, estadios deportivos y salas de música.
El turismo del siglo XXI
En línea con lo anterior, y vinculado también a este tótem de la economía española, florecen iniciativas como El Conserje, que aprovecha el auge de Airbnb y plataformas similares para ofrecer servicios a los gestores de viviendas de uso turístico, así como a personas que buscan hospedaje. Aparecen, en paralelo, nuevo conceptos en el universo hotelero, como AyZ Hotels –gestión integral de hoteles– y operadores consolidados que aportan dosis de especialización a su propuesta. Cédric Krzyzosiak, responsable de Expansión en España de la filial Louvre Hotels adquirida, en febrero de 2015, por el grupo chino Jin Jiang International, nos señalaba el camino, en la pasada edición de Expofranquicia. “Cierto que en España hay muchos y buenos hoteles, pero ninguno como los nuestros tiene ese potencial para canalizar al turismo asiático, cada vez más pujante”.