En este 2016 ya han asomado la cabeza y es previsible que en el próximo ejercicio protagonicen algunos de los episodios más interesantes en el mercado, por proyección y originalidad -sólida- de las propuestas.
Observamos, por ejemplo, cómo el mercado de las heladerías, que en los últimos ejercicios acogió el boom de los yogures helados, da un paso adelante, con proyectos que buscan crecer en nichos aún por explorar. Es el caso de Ice Wave, cadena procedente de Baleares y que acaba de lanzar su red de franquicias, donde los helados se preparan a medida de cada cliente, sobre una placa de hielo a -20º (la compañía cuenta con la patente de una máquina que se ha construido en Mallorca). “El componente principal es yogur descremado de distintos sabores, que en el momento de su preparación se mezcla con frutas naturales y otros ingredientes como galletas y chocolate”, explican desde la central.
En una línea similar trabaja la gallega Mõody, que busca articular una nueva categoría dentro del segmento de las heladerías, donde las protagonistas son las palettas de helado (no polo de agua y/o hielo), en cuya elaboración priman los componentes artesano y natural. Como elementos comunes, estas nuevas propuestas comparten las inversiones asequibles, la producción propia, la versatilidad del negocio y la calidad del producto con el que trabajan.
También en el mercado de la restauración detectamos, hace unas semanas, un concepto que desarrolla espacios efímeros, apuesta llevada hasta el límite. Nos referimos a la compañía Yemso, que ha presentado su Pop Up Bar, un espacio transportable que incluye una barra de bar, carpa, iluminación, música y demás componentes para montar un bar móvil perfecto para organizar un evento en cualquier momento y lugar. “El kit lo puede montar una persona en 30 minutos y sin ayuda”, explican los responsables de una iniciativa que ahora franquician y que presenta una interesante versión social. “El asociado tiene que ceder gratuitamente el Pop Up Bar a alguna causa benéfica, de dos a cuatro horas al mes”.
Pambao, por su parte, busca hacerse un hueco en el siempre pujante segmento de la restauración temática. Y lo hace introduciendo en España el bao (baobun o mollete chino cocido al vapor), el “indiscutible protagonista de la comida callejera asiática”, recuerdan los impulsores del proyecto. Sobre esta base, montan espacios gastronómicos gourmet para todos los bolsillos. “Contamos con nuestro equipo de chefs, además de con un obrador propio, para elaborar bao a partir de una receta exclusiva, donde prima una base de harina de trigo y el aceite de oliva virgen extra de origen español”. Su red consta en la actualidad de dos locales en Madrid.
Cuando decimos que prácticamente cualquier actividad puede crecer a través de la franquicia, nos referimos a proyectos como el de la sevillana Becheckin, que ha desarrollado un software que permite convertir cualquier teléfono móvil en una llave de acceso. “Se trata de un producto único, patentado, moderno y compatible con todos los sistemas de control de accesos existentes”, señalan desde la central. “Es universal y válido para todos los móviles, sin olvidar que no necesitamos cambiar cerraduras, además de no consumir datos ni 3G". Sin necesidad de local, el negocio encaja con el perfil de un franquiciado joven, con acceso a clientes potenciales, como hoteles, apartamentos turísticos, comunidades de propietarios, gimnasios, oficinas, colegios, clubs privados, ayuntamientos… Lo cierto es que buscamos a personas referentes en su zona”.
El potencial de esta última actividad se percibe en el nacimiento de alguna otra startup -en este caso no optan por la franquicia para crecer-, que tiene, como público potencial, espacios como gimnasios y centros de coworking, con usuarios que entran y salen a diferentes horas.
Y ahora que la fiebre futbolera ha decaído un poco con la eliminación de España en la Eurocopa -tranquilos, pronto regresará (la fiebre), con los entrañables torneos de verano, las fases previas de las infinitas competiciones continentales o con las giras interplanetarias de los equipos-, te presentamos un concepto más que interesante, donde se aúna fútbol y tecnología. Futwall, idea original de la empresa centrada en deporte y pedagogía Diloa Sport, es una adaptación del fútbol en la que juegan un máximo de seis jugadores en total, en un campo delimitado por paredes transparentes, con cuatro porterías y diseñado para recrear las experiencias que viven los jugadores profesionales.
Finalizamos el recorrido con las lavanderías autoservicio, actividad en auge, llamada a eclosionar el próximo ejercicio y a convertirse en uno de los nombres propios del mercado. En este número de Emprendedores -mes de julio, ya lo puedes encontrar en los quioscos-, publicamos un exhaustivo análisis sobre el sector, con todas las claves que has de tener en cuenta a la hora de integrarte, como asociado, en una de estas cadenas.
Como adelanto, este retrato que esboza Alberto Collazo, propietario y gerente de Oso Blanco Lavandería Autoservicio. “Es una actividad que no presenta impagos, se gestiona a distancia y le puedes dedicar, como en nuestro caso, 45 minutos al día, de ahí que sea compatible con otros empleos. Por otro lado, el emprendedor no precisa conocimientos de un sector que no depende de modas”.