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26 Mar, 2023

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La educación en franquicia que se anticipa al futuro laboral

En Logiscool imparten clases extraescolares para inculcar en niños y adolescentes la cultura digital de forma natural e intuitiva. La enseña, nacida en Hungría hace cuatro años, acaba de desembarcar en nuestro país.

En el caso de Logiscool se puede hablar de un crecimiento exponencial teniendo en cuenta que, con un recorrido de cuatro años, está ya presente en 9 países por los que se reparten unas 50 franquicias y un número que supera los 12.000 alumnos. El último mercado al que se incorporan es España, con el propósito de abrir en breve dos centros en la ciudad de Valencia. Hablamos con Visnyei László, franquiciado maestro, y Brigitta Orosz-Müller, coordinadora de Logiscool España.

EMPRENDEDORES: ¿Podrían resumir en qué consiste logiscool?
VISNYEI LÁSZLO / BRIGITTA OROSZ-MÜLLER : En principio es la idea de un matrimonio húngaro concebida para dar solución a una necesidad personal, después de que su hija se lamentara porque iban a recortar las clases de informática en la escuela. Como no vieron muchas alternativas, decidieron crear algo. El resultado es una plataforma educativa propia, Scoolcode, que satisface la demanda de conocimientos de programación. Lo mejor es que la plataforma es muy escalable de manera que permite incorporar a las clases a alumnos desde los 6 hasta los 18 años.

EMP.: ¿Dónde ven la oportunidad de negocio?
V. L / B.O.: Primero, en que crece la demanda en el conocimiento digital, no sólo motivada por el interés de entender el mundo en el que nos movemos sino también de cara a la integración en el mercado laboral. Sin embargo, tal y como se conciben hoy las escuelas y los planes de estudio, esta demanda no está satisfecha, por lo que surgen alternativas extraescolares como la nuestra que son muy bien acogidas en el mercado. Todos los niños de ahora manejan y saben muy bien lo que es un ordenador, un móvil o una tablet, pero se han convertido en usuarios pasivos que consumen lo que les dan, pero no crean. Eso es lo que nosotros proponemos, que adquieren conocimientos suficientes como para resolver sus propios problemas y necesidades valiéndose de la tecnología y de su iniciativa. Como nosotros cubrimos un ciclo my amplio, los niños se introducen en esto como en un juego y salen programando. Aprenden de forma gradual, casi sin darse cuenta, de forma que casi todos se acaban enganchando.

EMP.: ¿Quiénes son sus clientes?
V. L / B.O.: Primero, los alumnos particulares que quieran matricularse en nuestros centros, donde también organizamos campamentos de verano. Ahora estamos desarrollando una segunda línea de negocio a través de acuerdos con los colegios, donde ofrecemos nuestros servicios para que se desplacen nuestros instructores si nos ceden un aula.

EMP.: ¿Cómo son sus centros?
V. L / B.O.: Buscamos locales emplazados en entornos laborales, de oficina. No queremos que el niño acuda como si fuese una continuidad de la escuela, sino que sienta que desarrolla algo importante de lo que otros pueden beneficiarse. Trabajamos con unidades en grupos reducidos de alumnos, entre 6 y 12, que son formados por nuestros instructores. Estos son estudiantes universitarios que conocen, al menos, un lenguaje de programación. Todos los profesores son jóvenes, porque procuramos un clima amigable y que los alumnos les vean como una especie de hermano/a mayor. En cuanto a las dimensiones del centro, lo ideal son 100 metros cuadrados para acoger dos unidades, de 20 metros cuadrados cada una de ellas, y dejar también espacio para la sala de reuniones y el despacho del director.

EMP.: ¿Cuáles son los planes para España?
V. L / B.O: España es el noveno país en el que desembarcamos y la expansión va a ser similar a la que seguimos siempre: abrir dos centros propios y luego crecer en franquicias. De las 50 ubicaciones que tenemos, el 80% son franquicia. En este caso, los dos centros propios los abriremos en Valencia y queremos cerrar el año con 3 franquiciados. No es una meta muy loca, porque preferimos ir despacio y asentar muy bien las primeras aperturas para que sirvan de escaparate.

EMP.: ¿Y las condiciones de la franquicia?
V. L / B.O: No pedimos conocimientos ni experiencia en tecnología, pero sí exigimos vocación docente por parte de la persona que esté al frente del negocio, bien sea propietario, bien inversor. Requisito imprescindible es también que sepan atenerse a unas normas, porque nuestra filosofía es que el usuario no sea capaz de encontrar diferencias entre una unidad de Croacia y otra de España, por ejemplo. La manera de proceder se recoge en unos documentos donde todo queda muy claro. Pero, además de adaptarse a las normas, buscamos una participación activa, pues del responsable de cada centro va a depender que los chavales se enganchen o no al programa formativo. En cuanto a la inversión necesaria para empezar a trabajar con nosotros, oscila entre los 40.000 y los 60.000 euros. La horquilla es amplia, porque depende mucho del tamaño de cada unidad. El contrato, por último, es de 5 años. Entendemos que impartir conocimiento requiere tiempo y paciencia. Éste es un negocio a largo plazo.

EMP.: ¿Se inspiran en alguna otra empresa?
V. L / B.O: Admiramos a muchas, pero preferimos ser nosotros quienes nos convirtamos en negocio de referencia para otros. En esa dirección, estamos trabajando con una fuerte presencia ya en la zona del Este europeo y ahora empezamos con la parte occidental.