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27 Mar, 2023

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El taller del futuro ha llegado a España

Con cuatro décadas de experiencia en Francia y 500 centros, Speedy apuesta por una imagen rompedora, un servicio de calidad y ofrecer una nueva experiencia al cliente.

Que los cambios en movilidad plantean nuevos retos parece claro. Donde surgen dudas es en la capacidad de adaptarnos a tiempo y anticiparnos a las necesidades que plantea el uso de nuevas tecnologías. Ése es el propósito y la oportunidad de negocio que detectan en Speedy enseña líder en Francia con cerca de 500 talleres de mecánica rápida multimarca. “Nuestro concepto lo llamamos el taller del futuro, porque es un taller limpio, organizado, y totalmente optimizado”, cuentan María del Carmen Ramiro, responsable de Desarrollo y Marketing, y Vincent Bordes, responsable de Marketing y Comunicación.

A algunos puede extrañar que sea una marca nacida hace 40 años la que se presente como ‘el taller del futuro’, pero sus responsables lo justifican argumentando que han sabido aprender y evolucionar con los tiempos. Eso quiere decir que en sus talleres son capaces de dar servicio de reparación y mantenimiento a cualquier vehículo ligero, especialmente coches y furgonetas, tanto convencionales como los que incorporan tecnología. Es decir, tanto híbridos como determinados componentes del coche eléctrico (nunca el motor).

Para capacitar a sus mecánicos y prepararles ante los nuevos desafíos, Speedy cuenta con un centro propio de formación en París donde trabajan 70 personas. Es, además, centro homologado para expedir certificados oficiales de manipulador de gases. Un centro equivalente les gustaría montar en España, una vez que la red de franquicias alcance cierta magnitud. “Un profesional de los de siempre, que sólo tiene conocimientos de mecánica, no puede reparar un vehículo moderno y dar una prestación adecuada. Tienen que estar en continuo reciclaje”, afirman.

El cliente en el centro

La otra peculiaridad que distingue un taller de Speedy de otro de la competencia es la atención al cliente. Galardonados durante cuatro años consecutivos con este reconocimiento, transforman de forma radical la experiencia del cliente en un taller de coches. Así, si hasta ahora estábamos acostumbrados a visitar un taller a pie de calle con los neumáticos apilados a la entrada, la parte de facturación orillada y todo lleno de grasa, en los de Speedy te reciben profesionales uniformados de forma impoluta, con guantes de faena para conservar manos y uñas limpias y trabajar mientras el cliente aguarda en la zona de recepción trabajando con su dispositivo móvil, en un espacio wifi. “Puede parecer una tontería, pero es la forma de demostrar nuestro respeto y aprecio a los clientes”, dicen.

En cuanto a la optimización, de la que también se habla como valor añadido principal, Bordes se refiere a speedway, un software propio que garantiza la gestión global del taller. “Damos al franquiciado todas las herramientas necesarias para llevar el taller en su día a día, desde la facturación, hasta un presupuesto, el control de personal, las citas, el stock de las piezas, estadísticas de venta…”. Se valen también de la inteligencia artificial para anticiparse a las posibles reparaciones y recambios de cada vehículo, una vez que disponen de un histórico del mismo, algo que permite optimizar gastos y espacio. Afirman, además, trabajar solo con marcas de primera calidad, homologadas por los fabricantes de coches, lo que les permite erigirse como servicio de continuidad una vez que acaba la relación con el concesionario. “Damos servicio de concesión, pero a precio de mercado libre y, en algunos aspectos, hasta mejorados”.

Como franquicia

Aunque la marca Speedy nació hace cuatro décadas en Francia, la expansión bajo el sistema de franquicia la iniciaron hace 27 años. A partir de aquí, de los 500 talleres que tienen en la actualidad, aproximadamente el 50% son propios.

En el caso de España, la enseña quiso desembarcar hace un tiempo, pero un cambio accionarial paralizó el proceso. Ahora lo intentan de nuevo y lo hacen de la mano de Rodrigo de Sebastián, director general en España, quien ve un gran potencial de la marca y oportunidad de negocio en nuestro país. “Sabemos que no es fácil, porque aunque en Francia es la marca líder, en España no es conocida, así que partimos prácticamente de cero”, reconoce. A medio plazo, la idea es abrir 6 o 7 talleres propios en la Comunidad de Madrid a modo de escaparate, para luego crecer a través del sistema de franquicia, hasta alcanzar las 150 unidades.

En cuanto a las condiciones generales para adherirse a la franquicia, el folleto informativo habla de una inversión inicial media para un centro con tres elevadores de 197.000 euros (impuestos no incluidos). Se incluyen en este cómputo general los derechos de entrada a la franquicia, equipamiento, publicidad, obras de acondicionamiento y stocks. En cuanto a las dimensiones del local, dice de Sebastián que lo ideal es una superficie de 400 metrops cuadrados, pero que, dependiendo de la zona, puede ir de 200 a 500 metros cuadrados.

Como franquiciado potencial, se fijan tanto en un inversor como en un emprendedor apasionado por este mundo. En este último caso podrían encontrarse personas que quieran reconvertir un taller ya existente, los que quieran abrir uno nuevo o alguien que quiera diversificar sus negocios. En cualquiera de estos supuestos, los profesionales que trabajen en el taller deberán pasar por las tres semanas mínimas de formación que exige la central. “El taller de barrio, tal y como se concibe hoy, no va a poder continuar. Ya no se puede trabajar de forma artesanal con herramientas tradicionales, porque el mercado del automóvil cambia constantemente con el uso de la tecnología. El hombre sigue jugando un papel determinante, pero sus conocimientos tienen que avanzar al ritmo de la tecnología y no dejar que ésta le tome la delantera”, es la conclusión de Vincent Bordes.