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31 May, 2023

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Cómo ser agente inmobiliario autónomo y obtener el mayor beneficio

Convertirse en agente inmobiliario autónomo puede ser una salida profesional muy lucrativa en la situación actual. Sin embargo, puede tener algunos inconvenientes.

Cómo ser agente inmobiliario autónomo y obtener el mayor beneficio

Como en cada crisis económica, convertirse en agente inmobiliario es una salida interesante para hacer negocio. La compraventa de viviendas, plazas de garaje o coches usados pueden convertirse en una profesión muy lucrativa en un contexto de aumento de la oferta. Sin embargo, existen modalidades más rentables que otras, dependiendo de la situación de cada trabajador.

En primer lugar, el agente inmobiliario contratado por una compañía es la fórmula más tradicional y segura. La empresa corre con todos los gastos de Seguridad Social. Además, la remuneración suele incluir un salario base, al que se suman comisiones por cada venta realizada. Sin embargo, las posibilidades de crecimiento se estancan en un determinado nivel y, como en un trabajo normal, requiere de unos horarios fijos.

Por otro lado, cada vez más profesionales deciden montárselo por su cuenta y convertirse en un agente inmobiliario autónomo. Dentro de este perfil, existen dos modalidades principales. En primer lugar, el autónomo independiente, que trabaja separado de las compañías; y, por otro lado, el autónomo contratado por una inmobiliaria en exclusiva.

En el primer caso, el agente inmobiliario autónomo se encarga de seleccionar las viviendas y atraer a sus propios clientes. Como principales ventajas, destaca la flexibilidad horaria o la posibilidad de completar sus ingresos con otras actividades. Sin embargo, también presenta otros inconvenientes, como la necesidad de realizar sus propias acciones de marketing o la ausencia de una indemnización por despido.

Por otro lado, el agente inmobiliario autónomo contratado por una compañía del sector sigue contando con su propio espacio, pero cuenta con un contrato en el que se pueden establecer los días de vacaciones o una posible indemnización por rescindir el contrato. Sin embargo, esta fórmula puede limitar el crecimiento de tus ingresos de forma considerable, ya que, en realidad, no dejarías de trabajar para otros.

El buen momento para el agente inmobiliario autónomo

La crisis económica derivada de la pandemia está dejando en el mercado oportunidades más que interesantes para un agente inmobiliario. A la habitual venta o alquiler de viviendas, las plazas de garaje se sitúan como una alternativa más barata y demandada que los pisos o los coches de segunda mano.

El crecimiento de la demanda de plazas de garaje responde a la predilección del consumidor por el transporte privado, en un contexto de cierto respeto por un posible contagio en el metro o el autobús. Todo ello, sumado a la necesidad de muchos propietarios de vender sus plazas para inyectar algo de liquidez en sus cuentas durante la crisis.

Así, los precios de las plazas de garaje crecieron, durante 2020, un 2,2% en Barcelona y un 1,2% en Madrid. No obstante, siguen siendo una alternativa más barata que la compraventa de pisos, por lo que pueden ser un buen punto de partida si se quiere emprender como agente inmobiliario autónomo. Dependiendo de la zona donde se ubiquen, este tipo de inmuebles pueden venderse por un rango de inversión entre 10.000 y 50.000 euros, con una rentabilidad bruta media del 9,3% en el mercado del alquiler.