Hace apenas unos meses, Apple presentaba el nuevo iPhone 12. Un lanzamiento muy esperado, que sin embargo se vio envuelto en una polémica difícil de argumentar. La compañía de Tim Cook dejaba de incluir el cargador en los dispositivos, alegando “beneficios ambientales”. Los clientes que lo necesitaran, podrían adquirir la alimentación de su teléfono móvil por separado.
Tras un largo debate en redes sociales sobre la verdadera intención de Apple -hay quién podría pensar que solo se trata de una estrategia para obtener más beneficio…-, las autoridades de Brasil han exigido a la compañía que incluya el cargador del terminal en todas las ventas que realicen a partir de ahora en el país.
Según la Fundación Procon-SP, en cargada de la protección del consumidor en Brasil, la protección al medioambiente no queda probada por parte de Apple. Además, el organismo argumenta que “el cargador es indispensable para utilizar el teléfono”, así como que la compañía no ha demostrado que los cargadores antiguos tengan la misma eficacia que ofrecería uno nuevo.
La postura de Apple, ¿acierto o error?
La noticia, sumada a las quejas de miles de usuarios de Apple en todo el mundo, plantea ahora el debate sobre si la compañía acertaba con su estrategia o, por el contrario, ha supuesto un error garrafal. Según algunos estudios, los materiales que se suelen utilizar en la fabricación de este tipo de dispositivos suelen reutilizarse hasta en un 60%, por lo que quizás la baza ambiental no termina de convencer en ningún frente.
Desde el punto de vista empresarial, sin duda la venta del cargador por separado puede llegar a multiplicar los ingresos de la Apple. Sin embargo, cabe preguntarse si el daño que está sufriendo la imagen de la compañía, además de los costes que tendrá que acometer en los próximos meses para solucionar el conflicto, han merecido la pena durante estos meses.
Esta nueva polémica sobre los cargadores no es la primera para Apple. El pasado mes de enero, la compañía se mostró en contra de forma radical tras la propuesta de la Unión Europea que pretendía unificar el puerto de carga de todos los teléfonos móviles. El cambio afectaría a la marca de la manzana más que a cualquiera de sus principales competidores, ya que todos sus dispositivos tienen sistemas de carga diferentes a los más utilizados.
“Creemos que la regulación que obliga a la conformidad a través del tipo de conector integrado en todos los teléfonos inteligentes sofoca la innovación en lugar de alentarla y dañaría a los consumidores en Europa y la economía en general”, explicó entonces Apple en un comunicado. “Esperamos que la Comisión Europea continúe buscando una solución que no restrinja la capacidad de la industria para innovar”.
La postura de la compañía en esta cuestión también ha agrandado la sombra de la sospecha varios meses después, cuando Apple anunció la ausencia de los cargadores en sus nuevos iPhone. La reacción de los consumidores de sus productos muestra cómo, a veces, una estrategia, a priori orientada hacia la responsabilidad social y la sostenibilidad, puede volverse en contra.