Hace unos años, era más difícil crear una tienda online porque tenías que optar por soluciones llave en mano que requerían mucho presupuesto para empezar y si tenías dudas sobre la viabilidad de tu proyecto, tendías a ser conservador. “Hoy en día la tecnología se contempla como un servicio por el que pagas una pequeña cantidad al mes y que te permite probar sin arriesgar demasiado”, señala Fermín Palacios, director de Experiencia de Cliente de Arsys.
Nuestro consejo es que te lances cuanto antes porque el comercio electrónico crece a ritmos de dos dígitos anuales. “Se espera que en 2013 salgan nada menos que 3.000.000 de nuevas marcas (entre productos y compañías) a competir; sólo en 2010 el número de marcas “in force” (activas) rondaba los 17.000.000”, afirma Carlos Otero, profesor de ICEMD.
Ahora bien, esta enorme expansión hace que la competencia sea brutal, lo que exige tener claras algunas premisas antes de empezar, porque ellas definirán la tecnología que vas a necesitar.
Qué y a quién vas a vender. Como aclara Eva Vennemann, directora de Comunicación de 1&1, “no es lo mismo si eres una tienda de flores que quieres dar servicio en Internet a si aspiras a llegar a nivel mundial, si quieres mover 20 referencias o 2.000; para cada caso tendrás que analizar las soluciones”. En efecto, aunque hoy se puede vender casi de todo por la Red, es importante determinar qué cantidad de variedades integrarán tu catálogo, cuántas unidades prevés mover al mes, dónde van a estar tus potenciales clientes, porque todo ello va a determinar que puedas optar por una solución gratuita, una plataforma integrada o quizá un diseño personalizado.
Si lo que quieres es probar suerte, puedes empezar creándote una web con algunos de los programas que ya existen, como Webmaker, que además te permiten arrastrar la fotografía, poner el precio y gestionar los pagos y vincular esa tienda a tu página corporativa, por sólo 10 euros al mes.
Si ya das un paso más allá, puedes optar por soluciones más completas, que también se ofrecen como servicios, en las que se incorporan aplicaciones específicas del comercio electrónico que permiten definir atributos, gestionar los gastos de envío, las formas de pago… Y además se adaptan a tus necesidades a medida que vayan surgiendo. En estos casos, los precios suben algo, pero estamos hablando de entre 15 y 50 euros al mes. Si el comercio crece, las opciones gratuitas son más abiertas que las que están en la nube, pero requieren más conocimientos técnicos. Ahora bien, si vendes millones de euros o, como señala Rafael Acherandio, director de Análisis de IDC, “has descubierto un proceso en el que lo vas a hacer muy bien y diferente, tipo Amazon”, necesitas soluciones a medida que requieren de la colaboración de programadores, desarrolladores e integradores. Lo mismo ocurre si tus clientes son grandes empresas: tendrás que optar por soluciones a medida que se adapten a las plataformas que tienen esas grandes corporaciones, que suelen ser muy sofisticadas. En estos casos, los costes son mucho más elevados porque incluyen el diseño, el lanzamiento y la gestión continuada.
Cómo te vas a dar a conocer. A diferencia de la tienda física, en la online no tienes una ubicación ni un escaparate que pueda atraer tráfico al interior. Tienes que salir tú, con la tienda a cuestas, a buscar al cliente, por lo que es muy importante disponer de herramientas que te permitan hacerte visible en la web: desde las que te facilitan las campañas de email marketing hasta las herramientas de marketing digital, posicionamiento en buscadores, etcétera.
“El emprendedor ha de tener un plan de difusión de su marca, que incluya la comunicación clara de sus ventajas competitivas o diferencias, un presupuesto de publicidad y, muy probablemente, una estrategia de viralidad que le evite afrontar costes desmedidos de comunicación”, asegura Otero.
Cómo vas a distribuir la mercancía. El apartado logístico es fundamental en una tienda online. Debes contar con sistemas que te garanticen una adecuada gestión del stock y preferiblemente que estén integrados con empresas de transporte especializadas en comercio electrónico, de manera que tengan incorporados los sistemas de recogida, entrega y pagos, así como también la gestión inversa del envío, es decir las devoluciones.
Cómo la vas a cobrar. De nuevo recalcamos la importancia de saber a quién vas a vender, porque no es lo mismo distribuir tu mercancía a nivel nacional que internacionalmente. Allende nuestras fronteras funcionan sistemas de pago diferentes que es importante tener en cuenta, así, por ejemplo, en Francia está muy extendido el pago por cheque, algo que aquí en España es prácticamente nulo.
Hosting: el punto de partida
Es cierto que puedes empezar con tu propio ordenador, pero es conveniente que alojes tu tienda online en un hosting o centro de almacenaje con un ancho de banda suficiente para que pueda ser vista en cualquier parte del mundo, no se colapse y puedas almacenar toda la información que vas a manejar en tu tienda online.
La gran mayoría de proveedores de hosting gestiona también el nombre de dominio y ofrece un editor de página web o de tienda online, “de manera que hoy puedes empezar a vender en la Red contando simplemente con una conexión a Internet”, explica Katia Arjona, country manager de Strato España. Hay proveedores gratuitos, pero su capacidad de almacenaje no suele superar los 5 Gb, con lo cual no son muy adecuados para los comercios electrónicos. Lo mejor es optar por el Software on Demand (programas a demanda), ya que por muy poco gasto al mes tienes el servicio garantizado; además, la mayoría de las versiones medias permite instalar las plataformas de comercio electrónico. Las tres opciones más interesantes son:
Cloudbuilder de Arsys. El servidor más básico de Cloudbuilder cuesta cuatro céntimos por hora y el pago es real, por uso. Si pagas por mes, el descuento puede llegar al 15%. Es muy fácil de usar y adaptable a los picos y valles del negocio, de manera que puedes aumentar y disminuir la capacidad de tu infraestructura con tres clics.
HiDrive de Strato. Esta plataforma se ofrece gratuita con una capacidad de almacenaje de cinco GB y versiones Premium, que van desde los 100 hasta los 500 GB. El precio de HiDrive 100 es de 9,90 euros y el de 500, de 29,90 euros al mes, con un periodo mínimo de contratación de tres meses.
Strato también dispone de servidores tanto virtuales como dedicados y Cloud de distintos tamaños, preparados para el nuevo protocolo de Internet IPv6. Los servidores virtuales de esta compañía ofrecen a sus clientes una dirección IP propia, una segunda IP gratuita y muchas funciones profesionales. Y los servidores dedicados están equipados con procesadores de alta calidad que garantizan una seguridad de funcionamiento y de datos superior a la de un servidor con una CPU de escritorio. Se puede acceder a ellos a través de RemoteConsole.
Dual de 1&1. Se ofrece en paquetes que van desde el básico, por 1,99 o 2,49 euros al mes (según sea Linux o Windows) y 1 GB de capacidad hasta el profesional, que por unos 20 euros al mes ofrece capacidad ilimitada, hasta cinco dominios y editor web, además de Adobe Dreamweaver e ilimitadas aplicaciones cleak & build.