El final es la impresión final que se llevará el público y lo que recordará con mayor facilidad. A continuación se presentan algunas ideas para poner el broche final a tu discurso:
Resumir.
Comienza la cuenta hacia atrás. El final es un buen momento para reiterar –de la manera más resumida posible– las ideas fundamentales de tu discurso. Sin embargo, ten en cuenta que, en ningún caso, esas ideas deben ser más de tres.
Proponer.
Es muy eficaz finalizar con una propuesta o solución sobre el tema que se ha planteado, apoyándote siempre en argumentos objetivos y no en opiniones. Ahora bien, sobre todo, deja claro que beneficios tiene tu propuesta para el público asistente.
Cerrar el círculo.
Puedes finalizar como has empezado, con una cita, pregunta o anécdota que vincule el principio y el final.
Incitar.
Invita al público a realizar una acción determinada o apoyar una causa. Para ello, mueve los resortes emocionales y racionales de la audiencia, apela a sus sentimientos o sus intereses.
Agradecer.
En todos los casos debes agradecer la atención que te han prestado. Bastará con que realices una pausa al final de la charla y digas: “Muchas gracias”.
Evitar tópicos.
Nunca finalices tu discurso con frases tópicas del tipo “ Mi tiempo ya se está acabando”, “Veo que están cansados” o “Enseguida termino”.