1. Buen pagador
“Una empresa realiza pequeños pedidos o muestras que paga al contado para generar confianza”.
A continuación, realiza pedidos mayores y no los paga.
“Al vencimiento del plazo, la empresa y los interlocutores son ilocalizables”, informa desde Coface Carolina Carretero, para quien “los sectores más afectados por esta estafa son productos alimenticios y perecederos, componentes y consumibles informáticos”.
Cómo evitarlo: Hay varias señales de alerta:
* “El primer contacto se suele producir por teléfono móvil, fax o desde una dirección de correo electrónico gratuita”.
* “En la mayoría de los casos, el comprador no negocia los precios”.
* “En ocasiones, se percibe cierto desconocimiento del sector por parte del comprador”.
* “El comprador utiliza empresas antiguas o inactivas, con buen historial”, por lo que no se suele sospechar, pero “los registros públicos de estas empresas suelen reflejar cambios en los últimos meses respecto a administradores, domicilio social…”.
2. Usurpación de identidad
“Ciertos individuos realizan pedidos en nombre de una sociedad conocida. A veces disponen de tarjetas de visita falsas y hojas con membrete”, señala la portavoz de Coface. El trato se cierra y los supuestos compradores indican al transportista que lleve la mercancía a una dirección diferente de la empresa destinataria. Cuando se produce el impago, el vendedor descubre que el envío nunca llegó a la compañía citada, ya que “la persona que solicitó el pedido no pertenece a esa empresa”.
Cómo evitarlo: El vendedor “debe dar instrucciones al transportista de no aceptar cambios en el lugar de entrega sin autorización previa. Es imprescindible obtener un CMR o albarán de transporte cumplimentado: datos del transportista, lugar y fecha de salida, lugar y destinatario de entrega”.
3. Timo nigeriano
“Los estafadores sobornan al funcionario de aduanas para que no expida el documento oficial que controla el país de destino, tras lo cual el contenedor desaparece o queda paralizado. Entonces los supuestos clientes chantajean al vendedor: le ofrecen una cantidad muy inferior a la acordada, por ejemplo el 50%. Si no acepta, su mercancía se estropeará o permanecerá desaparecida sin que pueda recuperarla” explica Pere Brachfield.
Cómo evitarlo: La clave del timo está en que el exportador no puede probar que envió la mercancía. Por eso, “conviene elegir un Incoterm corto”.