El plan de negocio es una guía para la gestión diaria de tu negocio, pero también es la única herramienta que tienes para conseguir financiación para tu proyecto –tanto si empiezas como si ya llevas tiempo funcionando y quieres abordar un nuevo proyecto con tu empresa–, embarcar a un socio en tu proyecto o para presentar tu empresa a futuros compradores
Tienes que tener en cuenta que el factor tiempo juega en tu contra cuando tu plan de negocio llega a las manos de un inversor. Según coinciden todos los expertos que hemos consultado, sólo tienes cinco minutos para llamar su atención y convencerles de que tienen que leerse todo tu business plan. Si, además, tienes en cuenta que un inversor suele leer más de un proyecto de una sentada… ¿Cómo se lee, entonces, un plan de negocio? Hemos consultado a tres inversores y expertos en creación de empresas, y esto es lo que nos han contado.
¿Cómo lee un inversor un plan de negocio?
Un inversor se lee primero el resumen ejecutivo y después el apartado financiero. A continuación quién compone el equipo de la empresa y cuál es la fórmula de gestión. Luego busca cuál es el plan de salida, y si estos cuatro puntos le convencen, ya se lee el resto.
Básicamente, quiere saber en qué se diferencia tu empresa del resto. Un inversor se hace estas cinco preguntas:
1. ¿Es sólida la idea de negocio? Esta pregunta se suele reformular así: ¿Qué problema resuelves con tu producto o servicio? ¿Hasta qué punto ese problema que tu has detectado es verdaderamente un problema?
Un plan de negocio tiene que quedar claras sus ventajas para el consumidor-cliente. Ten en cuenta que los inversores examinarán la definición de tu producto atentamente para definir las fortalezas y debilidades en el conjunto del plan de negocio.
A un inversor le enervan los lugares comunes. Trata de ser claro e ir al grano a la hora de explicar a qué te dedicas, cómo se te ocurrió y a dónde quieres llegar con tu negocio. Un inversor quiere que el emprendedor sea empresario
2. ¿Hay un mercado razonable para esa idea? Que en la mente de un inversor también se traduce en: ¿Cuál es el potencial de crecimiento del mercado en el que quiere entrar este emprendedor?
Un plan de negocio tiene que ser realista. Huye de cualquier exageración –del estilo: ”vamos a ser lideres mundiales, conquistaremos el 1% del mercado chino, no tenemos competencia, nuestra tecnología es única”–. Siempre tienes que ofrecer una visión realista en el plan de negocio a los inversores, sin exageraciones, de tu proyecto. Nogueira entiende que “es muy importante también el tema de las exageraciones. Hay que vender con mesura. En muchas ocasiones te vas a encontrar con gente que sabe de lo que está hablando y que conocen el sector en el que vas a entrar. Si no lo conocen, no hay que crear nunca falsas expectativas.
3. ¿Son realistas las proyecciones financieras? Un Excel, está claro, aguanta todo, como reza el viejo dicho emprendedor. Tienes que hacerte esta pregunta para convencer a un inversor: ¿Estás seguro de que queda claro en el plan cómo vas a ganar dinero con tu negocio?
Calcula tu punto de equilibrio e incluye una proyección de cash-flow. Al resultado deberías añadirle, además, una reserva trimestral adicional.
4. ¿Tiene experiencia el equipo que se ocupará del proyecto?
Como mínimo tiene que haber un perfil comercial y un perfil más técnico. O, como poco, un técnico que tenga nociones comerciales y sepa lo que quiere hacer. Con previsiones, claro, de ampliar el equipo”. Diseña un organigrama, con responsabilidades y con curriculums.
5. ¿Describe el plan cuándo y cómo se recuperará la inversión? Un inversor no es una ONG. Se pregunta cómo va a recuperar su dinero. Y no sólo si las cosas salen bien, sino también si salen mal.
Incorpora un plan de contingencias. Tu plan de negocio tiene que contar con un plan B, explicando cómo se resolverán los problemas. Los inversores con los que hemos hablado nos han sugerido que incluyas:
– Un plan de respaldo. Contempla las contramedidas preventivas antes de que se materialice una amenaza. Su finalidad es evitar dicha materialización.
– Un plan de emergencia. Contempla las contramedidas necesarias durante la materialización de una amenaza, o inmediatamente después. Su finalidad es paliar los efectos adversos de la amenaza.
– Un plan de recuperación. Contempla las medidas necesarias después de materializada y controlada la amenaza. Su finalizad es restaurar el estado de las cosas tal y como se encontraban antes de la materialización de la amenaza.