Dice el autor del libro ‘Desata tu éxito’ que, después de que un emprendedor haya pasado meses aislado preparando un proyecto, cuando llega el momento de venderlo le asalta una sensación de incertidumbre y desconfianza. Por eso considera que es importante mentalizarse en positivo antes de acometer la primera venta en el mercado. Y aunque, más de que claves, habla de “un compendio de cosas”, aporta una serie de consejos para autoconvencerse y superar el miedo al mercado. Son estos:
Rodearte de gente que esté haciendo lo mismo que tu y que te pueda impulsar en este momento hacia arriba más que tirarte hacia abajo. “Los emprendedores sufrimos la soledad del emprendedor, independientemente de la fase en la que te encuentres. Sobre todo cuando se emprende en solitario. Hay muchos momentos de incertidumbre y de no poder hablar con nadie que entienda tu proyecto. Tendemos a utilizar a la familia o a los amigos, pero no siempre te comprenden. Es mejor rodearte de gente que esté haciendo lo mismo que tú o que haya conseguido con anterioridad lo mismo que tú persigues. Eso te va a dar fuerza y te va a ayudar mucho”.
Hacer los deberes antes de hacer nada. Su recomendación es hacer un buen estudio de mercado, comprobar si tu producto va a tener demanda o no o estudiar muy bien el precio antes de empezar a hacer nada. “Hay muchas cosas triviales que pasamos por alto antes de hacer un lanzamiento, o nos dejamos guiar por la intuición y ya se sabe que, en materia de negocios, la intuición es mala consejera. Es mejor intentar un tiro certero que lanzar a ver qué pasa. Mejor hacer antes pequeñas pruebas”, dice.
Ir con todo. Una vez que has validado el producto y comprobar que tienes mercado, lo siguiente sería, según Víctor Martín, ir con todo. Se refiere con esto a “hacer todo lo necesario para intentar petarlo”, desde invertir en publicidad hasta buscar afiliados que te ayuden a promocionar el producto y aprovechar cualquier oportunidad que de a conocer tu lanzamiento.
Perder el miedo a vender. En este punto dice que hace falta un cambio de mentalidad para deshacerse de cualquier reparo. “Vender muchas veces produce rechazo, tanto para el que compra como para el que vende. A este último le diría que pensase que es un negocio, no una ONG, y que entienda que, si está convencido de tener realmente un buen producto o un servicio, lo que hace es cubrir una necesidad y está ayudando a alguien. No está pidiendo un favor, es al revés. Ya sé que puede sonar mal, pero realmente hay que verlo así, que tu producto tiene valor y que esa persona lo tiene que comprar”.