Cada vez es menos raro encontrarse en los medios con anuncios de celebridades promocionando vehículos de inversión: deportistas, empresarios o actores se han sumado ahora al carro de las compañías de cheque en blanco (SPAC), una fórmula con bastante riesgo que pueden ocasionar graves pérdidas en sus clientes.
Las compañías de cheque en blanco levantaron en sus salidas a Bolsa, solo en 2020, 82.000 millones de dólares, el 42% del total en los estrenos bursátiles. Bajo la promesa de que invertirán en empresas emergentes que aún no han cotizado, ofrecen grandes beneficios y la idea de descubrir a los próximos unicornios mundiales.
Sin embargo, las compañías de cheque en blanco aún no han demostrado su eficacia. Invertir en una SPAC conlleva un riesgo muy alto, inasumible para el inversor modesto, que puede perder grandes cantidades de dinero atraído por los anuncios de estas sociedades. A menudo, utilizan a figuras conocidas para hacer promoción, aportando una imagen de seguridad a los inversores.
Shaquille O’Neal, Serena Williams, Robert Lewandowski, Jay-Z… Son solo algunas de las celebridades que han anunciado una sociedad de cheque en blanco. El diario Cinco Días afirma que estas promociones son el motivo de las burlas en algunas sociedades de inversión. “Empiezo a conocer a más gente con SPAC que con covid-19”, bromean.
También algunos profesionales de las finanzas, como Bill Ackman, están detrás de algunas de las compañías de cheque en blanco más importantes. En el caso de Ackman, el reputado inversor es el impulsor de la SPAC más grande, dotada con 4.000 millones de dólares. Aunque, en su caso, ha reconocido que existe una burbuja alrededor de este tipo de vehículo de inversión.
¿Son una estafa las compañías de cheque en blanco?
Aunque las compañías de cheque en blanco estás reguladas, a menudo no ofrecen información clara sobre los riesgos que puede suponer invertir en una de ellas. Hace unas semanas, la SEC estadounidense emitió un comunicado alertando sobre los peligros de entrar en una SPAC. “Los famosos, como cualquiera, pueden verse atraídos por una inversión de riesgo o están más preparados para poder asumir el riesgo de una pérdida. No es una buena idea invertir en una SPAC solo porque una celebridad invierte en ella o dice que es una buena inversión”, afirman.
El caso de las compañías de cheque en blanco y la promoción de las estrellas recuerda al caso de los falsos gurús de Bolsa. Estos supuestos expertos se dedican a promocionar cursos y conferencias -por los que cobran hasta 1.250 euros por persona- en los que prometen descubrir las claves para hacerse rico de la noche a la mañana siguiendo unos sencillos pasos.
Además de los cursos, estos falsos gurús utilizan otras fórmulas para obtener dinero de sus seguidores. Una de las más comunes es la creación de clubes de inversión en Bolsa. Se trata de un servicio de suscripción, con un precio que ronda los 100 euros, donde sus clientes reciben “ideas” de inversión en determinadas acciones que prometen rentabilidades estratosféricas.
Este método exonera de toda responsabilidad a los estafadores, que se desmarcan del concepto de recomendación -para ello, haría falta estar regulado como entidad- y pueden hacer perder en Bolsa grandes cantidades de dinero a los suscriptores, que toman estas ideas como apuestas seguras.