Ya hay que tener fe para constituir una empresa en pleno confinamiento, pero la de los fundadores de esta empresa navarra trasciende los límites terrenales. No les bastaba con la propia fe ni la del notario, querían también la bendición celestial, según se recoge en el libro recién publicado ‘Notario de Guardia’, obra de los periodistas Javier Ronda y Marián Campra.
La anécdota corresponde a una empresa navarra de nueva creación, cuyos dos socios fundadores decidieron formalizar las escrituras de constitución en pleno confinamiento. Para ello, además de solicitar vez en la notaría, citaron a un sacerdote con la misión de bendecir las escrituras una vez firmadas al objeto de que las cosas, feas en ese momento, salieran más o menos bien.
El problema fue que la notaría activó el protocolo con las medidas de seguridad y distanciamiento dictadas para los meses del estado de alarma y el confinamiento sin contar con la asistencia del sacerdote, de la que no estaban advertidos. La consecuencia fue que impidieron al sacerdote la entrada al despacho, quien tuvo que esperar en la puerta a que concluyera el acto de constitución para bendecir, a posteriori, las escrituras, con mascarilla de hidroalcohol incluidos. Al menos así relataba los hechos Javier Ronda en una emisora de radio.
La referida es una de las 200 anécdotas que recoge el libro donde figuran desde peleas por una máquina de coser en una herencia millonaria hasta vivos que se hacen pasar por muertos para cambiar un testamento. El libro, además de ser el primero qeu recoge un anecdotario vivido en las Notarías, contiene una decena de viñetas de Pachi, viñetista de El Sur de Málaga.