Es inevitable comparar nuestro mercado con el de Estados Unidos, que por algo nos sacan dos años de ventaja. Allí, en cuanto detectan que los consumidores quieren algo, sacan ese algo. Incluso en sectores tan conservadores como el editorial de pronto llega Amazon, con sus 55 millones de clientes, y da el primer paso. Y no sólo compite por el soporte, sino también por el contenido y digitaliza 245.000 títulos, sobre todo novedades.
Que un librero, que siempre ha sido el último de la cadena, haya sido el primero en lanzarse, ha removido el mercado. A partir de ahí, todos se han animado. La editorial Random House tiene digitalizados 8.000 títulos y, debido al exito en ventas de estos contenidos, prevé digitalizar otros 8.000 a lo largo de 2009. Google ha hecho lo mismo con siete millones de títulos y ha llegado a un acuerdo con Sony para que los usuarios de sus soportes puedan acceder a 500.000. Kindle 2 se apuntó el tanto de lanzar en exclusiva Ur la última novela de Stephen King. En resumen: hay muchos contenidos y no sólo manuales como se sospechaba. Curiosamente, lo que más se está consumiendo es novela y ensayo.
Todo el sector (editoriales, escritores, librerías…) está respondiendo al mercado, incluso promueven campañas de fomento de la lectura. El resultado es que las ventas de e-books se consolidan: aumentaron un 69% en 2008, según el último informe del Foro Internacional de Edición Digital (IDPF). En España, esa venta es residual. El motivo es la falta de contenidos. El caso del tardío lanzamiento del E-Reader de Sony en España lo demuestra. Mientras que en Reino Unido, Francia, Alemania o Holanda, Sony no ha tenido problemas en iniciar la comercialización, con bastante éxito, de sus dispositivos de lectura, parece ser que retrasa su lanzamiento en España debido a la escasa oferta de libros digitalizados. Si los lectores no podemos comprar las novedades en formato digital, ¿para qué queremos el soporte?