Aunque caricaturizado hasta el exceso, lo cierto es que en los últimos tiempos la posición de los emprendedores, autónomos y pymes cuando acuden a un banco se parece más a la del pedigüeño de la puerta de la iglesia que a la de un profesional que ofrece una solución win-win. Pero es que no en vano la falta de financiación externa se ha convertido en los dos últimos años en una de las causas de quiebra más habituales. De hecho, recientemente el presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, reconoció que éste es el argumento que se esconde detrás del cierre de la mayoría de las 300.000 pymes que quebraron en el último año. Aún hay más datos.
Según la Encuesta sobre la Financiación de las Pymes del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, nada menos que el 83% de las pymes que solicitaron financiación de un banco durante el 2009 tuvieron problemas para conseguirlo, y de ellos el 15,5% no la obtuvieron. Además, el dinero financiado se redujo para el 40,6% de las empresas; el coste de esa financiación (tipo de interés) se incrementó para algo más del 61,2%; los costes y gastos (comisiones) se encarecieron para el 70,4%; se dilató el plazo de respuesta a la solicitud para el 58% de los solicitantes, y se redujo el plazo de devolución para una media anual del 14%. Así las cosas, ¿qué les queda a los emprendedores, a los autónomos y a las pymes?
La verdad que el panorama financiero se presenta bastante negro. En gran medida, porque la mayoría de los expertos apunta a que el 2010 va a ser el año del reajuste financiero, en el que tendrán que hacer frente a la deuda exterior y en el que deberán afrontar también el incremento de impagados en tres puntos porcentuales, lo que derivará en falta de cash por parte de las entidades. Ausencia de liquidez que repercute en las empresas. Aún así, nos gusta ser optimistas, así que te proponemos algunos consejos para que tu negociación con el banco sea lo más efectiva posible.