Bolsa: el cazagangas… cazado
No te enmarañes pensando que el excesivo castigo que han sufrido muchos valores los deja a precios muy atractivos. La segunda parte del razonamiento puede que sea cierta, pero nada te debe hacer pensar que el castigo no continuará. Los mercados están en una espiral de la que la lógica hace tiempo que dimitió. Esta es la cartera que nunca debes perder… ¡porque nunca debes tener!
No acudas a los bancos. Con alguna excepción. Los bancos son los grandes perjudicados de esta crisis. Primero, porque el peso de sus carteras hipotecarios es muy alto: se espera que la morosidad toque el 5% en 2009. Segundo, porque la falta de liquidez les impide hacer su negocio. Y, tercero, porque la amenaza de recesión desanima el consumo y, por tanto, el crédito.
Que no te den un ladrillazo. Tienen tres lastres principales: deudas asfixiantes (hasta 18.000 millones las que más), se ven perjudicadas por la caída de la construcción residencial y la licitación de obra pública. Aunque en su mayoría cotizan a ratios atractivos, el sector de la construcción será de los últimos en recuperar la confianza del inversor por todo lo que ha pasado.
Oro negro: más negro que oro. El petróleo ha hecho el camino de vuelta. En julio, el barril (Brent) tocó un máximo histórico en 146 dólares y ahora cotiza a menos de la mitad. Pese a los intentos de la OPEP por contener su desplome, se espera que continúe ya que la recesión mundial reducirá la demanda.
Sector inmobiliario: ladrillos menguantes
Cuando un avión se estrella, siempre sale alguien que asegura que es entonces cuando resulta más seguro volar porque se multiplican los controles. Hasta que a los pocos días se estrella otro avión o hace un aterrizaje forzoso. Con el sector inmobiliario pasa algo parecido: es un avión que volaba alto y que se ha dado un gran batacazo. Ya hay quien dice que es el momento de aprovechar la caída de precios que, en algunos casos, superan el 30% diga lo que diga la estadística oficial. Pero, ¿es realmente el momento? Según un informe de CB Richard Ellis, los precios podrían caer un 20% adicional en 2009. Y Tinsa prevé que el deterioro continúe.
Depósitos: que nadie te vacíe el depósito
El dinero de los ahorradores españoles está seguro, nos dicen. Pero ¿estás seguro de que está seguro? En principio, el sector financiero español es solvente. Aunque visto lo visto, nadie descarta que algunas entidades puedan tener problemas a pesar del plan de rescate bancario del Gobierno. En este mar de dudas en el que todo es posible, harías bien en asegurarte al máximo que tu dinero está seguro en tu banco. Y que a la menor sospecha –“si no te gusta cómo caza la perra”, en expresión gráfica del cliente de un banco que ha pasado recientes momentos de apuros–, no dudes en retirar tu dinero.
Deuda: olvídate de los emergentes
La rentabilidad de los bonos de países emergentes es más alta, claro. La de Brasil, por ejemplo, es del 14%. Pero no es el momento de apostar por emergentes. La virulencia de la crisis está provocando una fuga masiva del dinero invertido en esos países hacia “la calidad” (activos de países con menor riesgo). Eso ha provocado el desplome de sus divisas (real brasileño, peso argentino, zloty polaco o florint húngaro). Tampoco se descarta que algunos Estados no puedan asumir los compromisos de pago de su deuda.
Fondos: en la forma y en el fondo
Hasta ahora, había una máxima no escrita: los fondos-estrella, los que más dinero captaban, eran los que mejor lo habían hecho; los más rentables. Por primera vez en la historia, esa regla se ha roto. Los inversores ya no buscan los más rentables sino los más seguros y menos sofisticados.
¿Alternativa es agresiva? La inversión alternativa no necesariamente tiene por qué ser arriesgada. Pero lo cierto es que, para conseguir mejorar su rentabilidad, utiliza productos sofisticados. Básicamente derivados que, como dicen Warren Buffet, son armas
de destrucción masiva.
¿Qué pasa con los garantizados? Igual que en el caso anterior, lo intere-sante de estos fondos es que te garantizan la inversión inicial y una rentabilidad mínima. ¿A cambio de qué? Pues de cubrirse con derivados financieros. Y esto es peligroso porque la garantía puede volar por los aires.
Cuidado con los fondepósitos. Los fondepósitos son –lo dice su nombre– fondos que invierten en depósitos bancarios en busca de la alta remuneración del pasivo que ofrecen. El peligro, tal y como está el sector financiero, es que los bancos tengan problemas y el dinero del fondo peligre.
Aléjate de la Bolsa. En los últimos años, los fondos de renta variable han sido los más rentables porque la Bolsa era la mejor alternativa de inversión. Pero eso ha cambiado. No está mal optar por fondos que invierten un porcentaje en Bolsa, pero minoritario.