“El innovador se enfrenta a grandes retos que el resto de emprendedores no tienen. Es mucho más difícil ser innovador que emprendedor a secas”, asegura José M. Almansa, CEO&Founder de Welever y co-founder de LOOM-Impact Hub. Así resume él, las tres grandes diferencias que hay entre estas dos formas de emprender:
“El innovador tiene tres grandes retos. El primero es que su idea o lo que quiera hacer no se puede ver en otro sitio, porque es nuevo. Y a la hora de contarla, todas las personas con las que hablas te preguntan: ¿Y esto, donde puedo tocarlo? ¿Donde puedo verlo? Y tú respondes, pues no puedes tocarlo y no puedes verlo porque lo estoy creando yo desde la nada. Es mucho más difícil conseguir apoyos cuando tienes una idea que la gente no puede ver en ningún sitio porque es completamente nueva. Eso a mí me ha pasado toda la vida”.
“El segundo gran reto es que cuando buscas financiación el inversor te pregunta si va a ganar mucho más dinero con tu proyecto, porque el proyecto de cualquier emprendedor le parece que tiene menos riesgo que el de un innovador”.
“Y el tercero es que hoy el innovador tiene que tener claro que aparte de buscar algún tipo de beneficio económico siempre tiene que buscar algún impacto social y medioambiental. Si el innovador de hoy va a cambiar la manera de hacer las cosas, debe pensar que el Planeta necesita que las cosas se cambien de una manera responsable y sostenible. El innovador está obligado a tener esto en cuenta. Hoy no se puede cambiar la manera en que se hacen las cosas para seguir sin generar impacto social o medioambiental”.
Para José M. Almansa, “los emprendedores innovadores necesitan ecosistemas y entornos completamente diferentes tanto para poder generar proyectos nuevos que sean rompedores, como para la búsqueda de financiación. La relación del inversor con el innovador es también muy distinta a la que tiene con el otro tipo de emprendedor. Bueno, en general todo es diferente”.
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