Los que se iban antes
“En los años 60 se iban perfiles que no tenían estudios universitarios, pero ahora se van universitarios porque los hay. Si hubiera habido el número de universitarios actuales, se hubieran ido igual”, comenta José Ramón Pin. Para Elena Méndez Díaz-Villabella, profesora de Recursos Humanos y Comportamiento Organizacional en IE Business School, “la diferencia radica en que el perfil de los años 60 correspondía a trabajadores no cualificados con empleos más precarios donde se ahorraba para volver y movidos también por la falta de oportunidades, pero en la actualidad se encuentran oportunidades para trabajadores cualificados”.
En este sentido, César Castel opina que lo que se demandan son perfiles con formación principalmente técnica, “para poder desarrollar los proyectos infraestructuras o tecnológicos que pueda haber en estos países. No obstante, detrás de esa realidad está el hecho de que son mercados educativos incapaces de generar anualmente los profesionales necesarios para cubrir la oferta de empleo que existe, de ahí que se produzca este movimiento”. Lorenzo Muriel añade otro matiz al debate: “La gente que se marchaba antes buscaba un empleo que no tenía por qué coincidir con el que habían estudiado, ya que muchos ni siquiera habían estudiado”.
Los que se van ahora
Como explica Elena Méndez, ahora “se empieza a hablar de la generación JESP, jóvenes emigrantes sobradamente preparados”. Pero para desdramatizar esto añade que aunque para un país no es algo positivo que todo el talento que se esté generando se pueda aprovechar, “lo cierto es que salir a otros países en edades tempranas es un oportunidad de crecimiento profesional muy interesante”. Actualmente, el tipo de perfil emigrante es distinto, destaca Méndez, y hay dos colectivos diferentes:
Jóvenes preparados (de 25 a 35 años). “La mano de obra que se está pidiendo fuera no es mano de obra barata, sino de gente que aporte algo que sus países no tengan”, asegura. “Que este talento migre hay que verlo como una oportunidad profesional para ellos y para el país, porque luego puede volver, y traer cosas nuevas a nuestro país: una mirada diferente y una diversidad interesantes”.
Directivos o gestores (de más de 35 años) Este perfil lo que busca son puestos de calidad. “Ahora, el tipo de proyección que pueda tener está siendo más valorado que la mera cuestión retributiva. Los directivos que se expatrian están buscando hacer carrera internacional para mejorar su currículum vitae y buscan más un encaje persona-puesto que no encuentran”, asegura Elena Méndez.