Según los últimos datos del INE, correspondientes a 2020, el 99,23% de las empresas españolas no llegan a los 50 empleados, mientras que el 82,81% solo cuentan con tres empleados o menos en sus plantillas.
Estos datos perjudican de manera seria a la competitividad del ecosistema emprendedor español con respecto a otros países de su entorno, cuyas compañías son más grandes y tienen más capacidad para transformarse y desarrollar nuevas herramientas de gestión que se adapten a un mercado cada vez más cambiante e incierto.
Así, mientras que el número medio de empleados por empresa llega a 11 en Alemania o a 9,9 en Reino Unido, las empresas españolas apenas llegan a 4,5 trabajadores, por debajo incluso de la media europea, que se sitúa en los 5,9 empleados por compañía.
Según algunos expertos consultados por El País, el reducido tamaño de las empresas españolas es un importante lastre para la productividad del país. Cuanto más grande es una compañía, más preparada estará para crear economías de escala, tendrá más recursos para exportar y más facilidad para financiarse.
Entre las principales causas, el sector al que se dedican las compañías de un país marca la diferencia. Mientras que Alemania tiene un tejido productivo más relacionado con la industria, las empresas españolas están más relacionadas con servicios de hostelería o turismo. “Un bar te va a crear 2 empleos, pero no te crea un tercero; la microempresa puede pasar de 1 a 2 empleos o de 8 a 9, pero casi nunca va a pasar de 14 a 600″, explican en El País.
El sector tecnológico, clave para transformar el modelo de las empresas españolas
Sin embargo, el reducido tamaño de las empresas españolas podría estar cambiando. Las grandes compañías son las que más crecieron entre 2013 y 2018 en el país, hasta un 15%. Por otro lado, los sectores más tecnológicos, como la Inteligencia Artificial, la ciberseguridad o el blockchain se están afianzando en el ecosistema emprendedor español, y son segmentos de rápido crecimiento que pueden generar miles de empleos en poco tiempo.
En este sentido, las grandes tecnológicas están poniendo el foco en España. Por ejemplo, Google ha anunciado la creación de un centro de excelencia en ciberseguridad en Málaga en el que invertirá 530 millones de euros durante los próximos años; o Amazon, que pretende alcanzar los 25.000 trabajadores indefinidos en el país para 2025. Además, la compañía dirigida por Andy Jassy ha elegido a España como sede para ubicar sus nuevos centros de investigación en robótica o energía solar, entre otros.
Estas grandes noticias pueden beneficiar de manera importante a las empresas españolas, aunque no están exentas de retos y desafíos. El más importante de ellos es la escasez de trabajadores que lastra al mercado laboral español. El 60% de las empresas españolas afirman tener serias dificultades para encontrar personal cualificado, a pesar de que una de cada cuatro planea contratar durante los últimos tres meses del año, tal y como revela un estudio de Manpower.
En este contexto, los expertos identifican como solución más urgente la renovación de los sistemas educativos, un apartado donde la nueva Ley de Formación Profesional puede ser clave. La nueva regulación permitiría a los estudiantes obtener un certificado de habilitación en tan solo tres meses, agilizando su incorporación en el mercado laboral.
Además, otra de las claves pasa por orientar la oferta de formación hacia los sectores y puestos que prometen ser los más demandados durante los próximos años, y dar menos peso a otras profesiones que irán quedando obsoletas. Así, carreras relacionadas con el análisis de datos, la Inteligencia Artificial, el blockchain o la ciberseguridad tendrán un especial peso en el mercado laboral -nacional e internacional- del futuro.