ATRÁPALO
Muchas veces las ideas nacen con tanto miedo al fracaso que hay gente que piensa que si dice esto o propone lo otro, si después no sale, pasará algo malo”, señala Ignacio Sala, cofundador de Atrápalo.com, portal web de viajes y ocio urbano especializado en momentos valle.
Ellos cometieron errores en su presupuesto de marketing (se quedaron… excesivamente cortos), en sus primeros contactos on line con los consumidores a través de foros (tuvieron que aprender a controlarlos) y en sus dos primeras campañas de publicidad (los medios de comunicación no les hicieron ni caso… pero sí los internautas).
PRIVALIA
Si un error se tapa, se vuelve a cometer”, confiesa Lucas Carné, uno de los creadores de Privalia, un club privado on line que organiza, en exclusiva para sus socios, ventas puntuales de productos de moda y complementos de primeras marcas con descuentos de hasta un 70% en relación al precio de las tiendas off line. Este outlet, que en 2008 facturó 22 millones de euros, se equivocó al confiar ciegamente en los estudios de consumidores y focus groups, y dejar al margen su instinto. También reconocen que se equivocaron –y perdieron dinero– a la hora de anunciarse en la Red: tardaron en acertar con el formato. Y ahora son una de las historias de éxito de Internet en España…
ORBEA
Haber cometido errores en el pasado y haberlos solucionado, y haber sido fiel a estrategias propias, te dan credibilidad en el mercado. Se ve que no eres una marca de hoy para mañana”, afirma Jon Fernández, director de negocio de Orbea, que diseña, produce y vende bicicletas. La historia de esta empresa vizcaína, que en 2008 facturó 75 millones de euros, es la de una compañía cuyo sector creía que se estaba equivocando por ir a contracorriente. Esa decisión les permitió desarrollar nuevas fórmulas de internalización en su mercado que después adoptó todo el sector.
Uno de sus errores positivos fue invertir tiempo y esfuerzo en diseñar su propio cuadro de carbono frente a la tendencia generalizada de producir en Asia cuadros de marca blanca a los que se les ponían etiquetas de distintas firmas. Su cabezonada merecióla pena y triunfaron.