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30 Mar, 2023

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Coleccionar tarjetas es muy caro

No te dejes llevar por los consejos de amigos, familia, compañeros...

TARJETAS

Con las tarjetas de crédito y débito tampoco son menores los disparates que a diario cometen Pepe y Pepa. Tiran de tarjeta como en el Oeste tiraban de revolver a la mínima provocación. Apenas saben cuántas tienen y, mucho menos, cuánto pagan por tenerlas ni por lo que pagan con ellas.

Pepe tiene visas de todos los colores: platino, oro, plata, bronce… Las lleva como quien se cuelga una medalla. Pero lo que nunca ha hecho es sumar lo que le cuesta su colección de tarjetas. Es absurdo tener más de una tarjeta de crédito. Ni siquiera aunque vayas a viajar al extranjero.

Como mucho, un par por aquello de no quedarte colgado en momentos de necesidad. Y un consejo: mejor visas vinculadas a empresas. Al menos, puedes conseguir descuentos en gasolina o puntos para viajar.

Tarifa plana

Pepa también tira de tarjeta con agilidad. Pero ahora ha descubierto una forma de controlar los cargos mensuales de la tarjeta: la tarifa plana. Gaste lo que gaste, y hasta que se le agote el crédito, sólo paga 100 euros al mes porque ella eligió esa opción que le dio el banco. Por pagar 100 euros al mes paga, sin embargo, un 14,7% al año. Es decir, de cada 100 euros, realmente está amortizando 97,3. Los otros 2,7 euros son de intereses. Pecata minuta sí, pero suma.

Pagar en efectivo

Aunque tiene muchas tarjetas de crédito, Pepe no acaba de fiarse del dinero de plástico. Por eso, lo que hace muchas veces es bajar al cajero automático que hay en su empresa y sacar dinero con la tarjera de crédito para luego pagar en efectivo. Lo que no sabe es que por esa operación le cobran una comisión muy elevada, aunque varía según el sistema de pago. Mientras que pagar con tarjeta en la tienda o en el restaurante no tiene comisión porque se la cargan al comercio.

Caer en las redes

Tampoco caen en la cuenta, ni Pepa ni Pepe, de que cada vez que sacan dinero con su tarjeta de débito en un cajero automático que no pertenece a la red a la que está adscrita la tarjeta (Servired, 4B o Red 6000) les cobran comisión. Y ahora, la moda es que te cobren comisión si sacas dinero en otros cajeros que no sean de tu banco, aunque sean de la misma red.

BOLSA

EN LA BOLSA NO SE APUESTA, SE INVIERTE

A estas alturas ya debe haberte quedado bastante claro que Pepe y Pepa no son precisamente un ejemplo a imitar en cuestiones financieras. Quizás no haya en toda la urbanización, ni en toda la ciudad, una pareja que cometa tantos disparates con su dinero. Pero lo que no se les puede negar es arrojo; osadía que, generalmente, no es más que fruto de la ignorancia. Su cartera de inversión es otro disparate que se debe evitar.

Acciones como de la familia

Pepa y Pepe tienen unas acciones de Telefónica. Las compraron en 1999, cuando cotizaban casi al doble que ahora. Y siguen esperando a que recuperen aquellos precios para venderlas y rescatar así los 12.000 euros que invirtieron. El apego a la inversión es algo recurrente. Lo que no tiene en cuenta Pepe es el coste de oportunidad: lo que ha dejado de ganar si hubiera asumido esa pérdida e invertido ese dinero en uno de los muchos valores que, en todo este tiempo, se ha revalorizado un 100% o un 200%.

Me lo dijo Pérez

Pepe y Pepa, con dolor de corazón, han vendido sus telefónicas y han recuperado los 7.000 euros que les quedaban. Ahora están pensando dónde invertirlo. A Pepe le ha dicho Pérez, el director de su sucursal, que lo invierta en no sé qué empresa, que va a salir a Bolsa y que va a ser un pelotazo. Pepe le cuenta a Pepa:

–Le he hecho caso a medias y sólo hemos invertido la mitad. La otra mitad vamos a invertirla en no sé qué otra empresa que me ha dicho Suárez, el del equipo de futbito. Dice que es el pelotazo del año en Bolsa.

¿Cuánto puedes perder?

Pepe y Pepa van este domingo a una barbacoa benéfica del colegio de Currita. Allí han coincidido con la mamá de Claudia, la mejor amiga de su hija, que trabaja en el departamento de inversión de un gran banco americano. Y ha salido el tema de cómo está la Bolsa. –¿Cuánto dinero podéis perder?– les ha preguntado la madre de Claudia A Pepe y Pepa la pregunta le ha descolorado por completo. –Lo primero que tenéis que hacer si queréis entrar en Bolsa es determinar qué tipo de inversores sois, invertir sólo el dinero que os sobre y saber de antemano cuánto estáis dispuestos a perder– les aconseja. –¡Cómo! No estamos dispuestos a perder nada. Si invertimos en Bolsa es para ganar– contestan Pepa y Pepe un tanto airados. Con esa máxima, sus incursiones bursátiles han sido apuestas; nunca estrategias de inversión aconsejadas por un experto. El resultado es que casi siempre la han pifiado.

Invertir con retrovisor

Finalmente, las cornadas bursátiles les han hecho convencerse de que eso de la Bolsa es complicado y que, si no te dejas asesorar, lo normal es salir escaldado. Por eso, han decidido invertir en fondos de inversión gestionados gente que sabe y olvidarse. Ahora falta saber en qué fondo invertir. Como ya no se fía ni de los Pérez ni de los López, Pepe ha decidido mirar en el periódico qué fondo ha sido el que más ha subido y meter ahí el poco dinero que aún les queda. Es lo que se llama “invertir con el retrovisor”, sin tener en cuenta que rentabilidad pasadas no garantizan rentabilidad futuras. Tampoco ha tenido en cuenta que lo mejor es repartir el dinero y no invertirlo todo en la misma cesta.