Ya está bien de tapar los errores y, mucho más, de no reconocerlos, siquiera, como propios. El error va unido a la naturaleza humana desde que nacemos y si con el desarrollo personal nos vemos obligados a aprender cosas para evolucionar, por qué no aprovechamos la ventaja que nos ofrece la estrategia de prueba/error para enriquecer nuestra experiencia. Esa es la idea que Rafael Galán y Javier Escudero vertebran en El error positivo.
El punto de arranque es que tenemos que convivir con el error desde el mismo momento en que no somos máquinas perfectas. Existen dos caminos. Uno, hacia el precipicio, es tapar o negar los errores y el otro, el que dará resultados satisfactorios, el del error positivo.
Y si tenemos que convivir con la posibilidad de que adoptemos decisiones equivocadas, ¿por qué no sacarle provecho? ¿Cómo?
Primero, subrayan los autores de este libro, reconociendo el error y después analizándolo para detectar sus causas. Esta estrategia nos permitirá visualizar diferentes formas de hacer las cosas y nos abrirá las puertas de posibles oportunidades que de otra forma no se nos hubieran planteado. Un error que se oculta, con toda seguridad, volverá a suceder, y lo hará con mayor intensidad y dureza.
La literatura empresarial que ha abordado el tema del error se ha dedicado a destapar fracasos o a regocijarse en grandes historias de fracaso —con el mismo entusiasmo con el que se ha volcado en las historias de éxito—, sin reivindicar el valor de errar y en mostrar las lecciones que se han aprendido a partir de los errores que se han cometido. Y ahí es donde entra en juego el valor de una cultura empresarial que defienda el error positivo”, destacan Galán y Escudero.
La tarea de encontrar emprendedores que admitieran públicamente sus errores no fue fácil. Los autores conocían muchos casos de empresas, pero cuando les proponían la idea de que contaran sus experiencias surgían las reticencias.
Todos los valientes emprendedores que aparecen en este libro tienen en común que consideran el error como un ingrediente indispensable para alcanzar los objetivos. Recetas del éxito hay muchas, pero no existe ninguna que no tenga el error como ingrediente básico. Y son precisamente esos errores los que los hacen avanzar, los que les han convertido en lo que son: empresas de éxito, de distintos tamaños y con distinto impacto, en las que se puede ver identificado cualquiera.
El mayor o menor grado de aceptación del error tiene un gran componente geocultural. Los autores alertan de que los emprendedores y empresarios españoles –con datos en la mano– son los que tienen mayor aversión a equivocarse y eso es una clara desventaja competitiva, porque frena o, en el mejor/peor caso, ralentiza la toma de decisiones y la asunción de riesgos.
Según el Eurobarómetro 2007, nuestra economía ocupa los últimos lugares entre los 25 países de la UE en los ranking elaborados por la Comisión Europea sobre los índices de actividad y clima emprendedor.
Como reconoce en el libro Ignacio de la Vega, director del Centro Internacional de Creación de Empresas de la escuela de negocios Instituto de Empresa y del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) y una de las pocas personas que se ha dedicado en nuestro país a analizar los motivos del miedo al fracaso, “la aversión al error, el miedo a cometer fallos y a equivocarse, es una barrera efectiva para emprender. Así es en muchas sociedades y, en algunas, como la nuestra, aún más por motivos culturales”.
Las tradiciones, la cultura, los valores comunes, la formación y otros factores semejantes determinan si un entorno sociocultural es o no favorable a la iniciativa personal de los emprendedores. “Por ejemplo, la estigmatización social del fracaso juega en contra del espíritu empresarial. España históricamente está muy por debajo de los mercados anglosajones y de los países nórdicos, más preparados socialmente para arriesgar y entender el fracaso. Curiosamente es en esos países donde encontramos a inversores que están dispuestos a aceptar el fracaso como punto de partida del éxito futuro”, matiza De la Vega.
Parece sencillo, pero es necesario un cambio de mentalidad, que debe empezar desde edades tempranas en la escuela, para invertir los términos de esa situación.
Además de las experiencias exitosas de Atrápalo, Grefusa, Grupo Intercom, Orbea, Privalia y Mas Gourmets, los autores han reunido en siete bloques los errores más comunes que se suelen cometer. Para ello, han analizado las estrategias de más de un centenar de empresas de diferentes tamaños y sectores.
Así, a lo largo de más de 60 páginas, Galán y Escudero profundizan en errores de planificación, en la gestión financiera, en el área de ventas y márketing, en la gestión de recursos humanos, en producción y estrategia, en gestión de las debilidades y en situaciones de crisis.