El accidente de Fukushima llega cuando la industria nuclear se preparaba para una expansión sin precedentes. Tras dos décadas de parón casi total, provocado por la catástrofe de Chernobil en 1986, varios Gobiernos europeos (y EE UU) empezaron a revisar sus moratorias antinucleares para acabar aprobando la construcción de reactores entre el 2008 y el 2010.
En julio del 2009, el Senado de Italia, país que llevaba 22 años de moratoria nuclear, daba luz verde a la construcción de hasta 10 reactores con el objetivo de “reducir las importaciones y el precio de la electricidad“, un 30% más cara que la media de la UE. Un año después, en octubre del 2010, le tocaba el turno al Gobierno británico de aprobar la construcción de ocho nuevos reactores.
CENTENARES DE REACTORES
El revival se ha traducido en la puesta en marcha de programas de construcción muy ambiciosos. En estos momentos, China se lleva la palma con 77 centrales en proyecto o construcción, seguida de Rusia con 24, de la India con 23, Japón con 14 y Corea del Sur con 11. Vendrían luego Estados Unidos, con 10, Canadá con 5 y Reino Unido con 4.
TAMBIÉN EN ESPAÑA
Después de declararse antinuclear durante años, el Gobierno Zapatero empezó a abrirse en los últimos meses a la posibilidad de construir nuevas centrales. El 4 de marzo el Foro Nuclear, que integra a los miembros de la industria y las eléctricas, proponía no sólo el alargamiento de las licencias de operación hasta los 60 años, sino también la construcción de tres nuevas centrales.
Carlos Bravo,
responsable nuclear de Greenpeace
“Los efectos de la radiactividad están todavía por ver,ya que sus consecuencias tardan en aparecer, pero serán graves”
Javier Dies,
catedrático de Ingeniería Nuclear de la Politécnica de Cataluña
“La gente ha percibido que la tecnología ha madurado mucho y que,pese a todo, los efectos no han sido muy importantes”
María Teresa Domínguez,
presidenta del Foro Nuclear
“Considero que se están realizando los máximos esfuerzospara controlar la situación, que es lo prioritario”